El Arzobispado de Barcelona ha decidido sacar adelante la ceremonia en la basílica de la Sagrada Familia a pesar de no contar con el permiso del Procicat. El cardenal arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, ha presidido este domingo la misa dedicada a los difuntos de la Covid-19 con un aforo del 23%, infringiendo así la normativa que impide las reuniones y celebraciones religiosas de más de 10 personas.

 

Precisamente por esas restricciones, el Arzobispado de Barcelona ha informado que durante los próximos días iniciará "las acciones legales oportunas contra la arbitrariedad y la indefensión que sofríen el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de culto". "Es una previsión que nos parece injusta y discriminatoria", afirman en un comunicado, y consideran que "han sido muy esmerados y respetuosos para mantener las normas exigidas para los espacios cerrados". Critican que sí que se haya abierto este fin de semana la basílica a los turistas, pero no hayan recibido la autorización para celebrar la misa.

Límite de 10 personas en actos religiosos

Según el comunicado, se ha cambiado por parte de la conselleria de Salut la previsión de la resolución SLT/1746/2020 de 20 de julio que limita a 10 personas la asistencia a actos religiosos. El Arzobispado presentó el 21 de julio al ayuntamiento de Barcelona una solicitud de la resolución para poder celebrar el acto de hoy, siguiendo las indicaciones de la conselleria de Presidència de la Generalitat y el mismo ayuntamiento. Previamente, el 2 de julio, la Dirección de Asuntos Religiosos de la Generalitat les había comunicado la autorización para la celebración de la misa. Pero no han obtenido respuesta de la conselleria.

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La celebración de la misa por los difuntos de la Covid-19 en la Sagrada Familia, este domingo. / Efe

Con la celebración de la cerimonia de este domingo, el Arzobispado ha desafiado a las medidas del Govern, limitando el aforo solo al 23% i superando las 10 personas. Han asistido presencialmente familiares de difuntos, los representantes de los sectores de la alimentación, de las residencias de ancianos, los tanatorios, los cementerios, los periodistas y vendedores de prensa, los hoteleros, de las entidades caritativas, de las autoridades que lo deseen y otras personas que cuenten con la invitación que han recibido las últimas semanas. Sin embargo, pidió a las personas que quieran participar presencialmente en la celebración "que consideren la conveniencia de asistir o participar a través de los medios de comunicación".

Colau y Batlle no han asistido

Precisamente, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, no han asistido al funeral. La decisión la han tomado, según ha explicado Batlle en un comunicado recogido por Europa Press, para no "desatender las disposiciones de Govern de la Generalitat". Es decir el límite de 10 asistentes como máximo a las celebraciones religiosas fijado en la resolución de la Conselleria de Salut del 17 de julio.

El partido Units por Avançar, al que pertenece Batlle, sí que ha enviado un representante, su secretario general, Ramon Espadaler, en representación del grupo parlamentario PSC-Units en el Parlament y por delegación del portavoz del grupo y primer secretario de PSC, Miquel Iceta.

 

 

Imagen principal: Primera misa a la Sagrada Familia desde el fin del estado de alarma, el 19 de junio. / Europa Press