Hace escasos días, la revista Journal of Personality and Social Psychology, una prestigiosa publicación del ámbito de la psicología, publicó un nuevo estudio en el que se analiza a miembros de la llamada Generación X (los nacidos entre 1972 y 1982, principalmente).

A los participantes se les realizaron dos tests de personalidad con 23 años de diferencia entre uno y otro, y deteniéndose fundamentalmente en un aspecto de la personalidad: el narcisismo. Los resultados demostraron que este rasgo y sus componentes (vanidad, creencia de merecimiento propio y liderazgo) disminuyen con la edad.

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Según los expertos que han llevado a cabo la investigación, las personas tienden a madurar con el tiempo, volviéndose generalmente más conscientes, agradables y emocionalmente estables, menos ansiosas y deprimidas, desde la edad adulta hasta la mediana edad. De los participantes, un menor porcentaje –aunque no desdeñable– mostraron un aumento o una estabilización en los niveles de narcisismo.

Los investigadores estudiaron también otros aspectos de los participantes para determinar el impacto del narcisismo en sus vidas durante la mediana edad. En este sentido, identificaron que aquellos que habían sido calificados como vanidosos en su primera entrevista tenían más probabilidades de experimentar relaciones inestables, con una mayor probabilidad de divorcio. También tuvieron menos hijos. Por otra parte, los que habían mostrado un mayor narcisismo, tenían más posibilidades de haber llegado más lejos laboralmente que los demás.

Aunque el narcisismo puede tener algún beneficio en determinadas esferas de la vida, el hecho de que presente unos rasgos muy característicos hace que esté definido como trastorno por la psiquiatría y conlleva una serie de características que pueden llegar a producir importantes perjuicios en la vida de una persona.

En España, el trastorno narcisista está incluido dentro del trastorno límite de la personalidad. Quienes lo padecen suelen tener una obsesión por el éxito y el poder, magnificando sus logros y capacidades de una forma exagerada. Son personas que se creen elegidas, únicas, llamadas a desempeñar un papel relevante en la sociedad y no se sienten comprendidas por los demás. De hecho, se caracterizan por relaciones muy inestables y poco duraderas. Son personas pretenciosas, que evitan contacto con aquellos a los que consideran por debajo de su rango, y viven la vida esperando que se cumplan sus expectativas, las cuales, por lo general, suelen ser muy elevadas.

Presumido

No suelen tener problema en utilizar cualquier medio para lograr su fin, mostrando una falta de empatía llamativa. No prestan atención a los sentimientos o emociones de los demás y ponen las suyas en un primer plano. Suelen ser percibidos como arrogantes y soberbios. Por lo general, estas personas requieren un tratamiento de psicoterapia profundo, llamado a rebajar sus expectativas y a aumentar sus sentimientos de empatía hacia el resto de personas.