A lo largo del pasado martes se conoció la noticia de que la periodista Sara Carbonero había vuelto a ser sido ingresada –esta vez en la Clínica Universidad de Navarra en Madrid– debido a una recaída del cáncer de ovario que le fue diagnosticado en 2019.

Sin embargo, en las últimas horas, desde su entorno han salido a desmentir esos términos y afirma que la operación a la que ha sido sometida Carbonero no tiene nada que ver con la enfermedad que le detectaron en primavera de 2019. Según estas fuentes cercanas, no se trataría de una recaída.

Recidivas

Las recaídas o recidivas, tal y como explica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), son “la reaparición del tumor maligno tras un periodo más o menos largo de ausencia de enfermedad”. Puede haber de varios tipos. La llamada recidiva locorregional se produce en la misma zona donde estaba localizado el tumor de origen.  A veces aparece incluso en la misma cicatriz producida debido a la extirpación del tumor.

Células cancerígenasLas recidivas se refieren a la vuelta de un tumor tiempo después de haber sufrido otro

En otras ocasiones las recidivas son a distancia, también conocidas como metástasis. En estos casos, el cáncer reaparece en un órgano del cuerpo distinto al que había albergado la enfermedad en su origen. Se producen porque a pesar del tratamiento, algunas células cancerígenas se han podido quedar en el cuerpo y volver a reproducirse.

Todas estas cuestiones son importantes a la hora de establecer el tratamiento a seguir, porque en función del lugar de la recidiva, la extensión, el tiempo de evolución o el tratamiento recibido anteriormente se escoge una vía u otra. Tener una recaída no tiene por qué ser sinónimo de que no haya posibilidad de hacer frente a la enfermedad. Lo cierto es que en los últimos años se ha avanzado mucho en la lucha contra el cáncer y se han desarrollado nuevos métodos y tratamientos con buenos resultados, por lo que habrá que esperar en estos casos la evolución.

A Sara Carbonero le fue diagnosticado el cáncer de ovario en mayo de 2019. Este tipo de tumor representa entre el 4 y el 5% de los tumores femeninos. Es el sexto más frecuente entre las mujeres y cada año se produce unos 205.000 casos en todo el mundo. En la mayor parte de los casos, se diagnostica entre los 45 y los 75 años, aunque la incidencia entre las mujeres más jóvenes está aumentado en los últimos años.

En un 75% de las ocasiones se detecta en estado avanzado, principalmente porque no existen pruebas fiables para realizar un cribado en mujeres sanas y porque los síntomas iniciales son similares a los de otras enfermedades más comunes y tienden a aparecer y desaparecer.

Estos primeros síntomas suelen consistir en distensión abdominal, molestias después de comer, sensación de saciedad constante, acidez, estreñimiento, indigestión, mayor necesidad de orinar, dolor de espalda e irregularidades menstruales.

Molestia estomacalLas molestias estomacales pueden ser signo de que se sufre de cáncer de ovario

Existen diferentes factores de riesgo de padecer esta enfermedad: la herencia genética debida a la mutación de genes como el BCRA1 y 2, la presencia en otros miembros de la familia, la edad (principalmente aparece en la postmenopausia), el hecho de no haber tenido hijos, haber llevado a cabo una terapia hormonal sustitutiva a base de estrógenos y la obesidad o una mala alimentación rica en grasas saturadas.