Hace años que se oye hablar de ello, pero las explicaciones siguen siendo contradictorias. Algunos aseguran que se está privatizando la sanidad pública, otros tienen claro que eso no es cierto. El debate se ha extendido en el mundo de los profesionales de la sanidad, en el mundo político y, también, en la sociedad. Juntos han salido estos últimos años a las calles de Catalunya a manifestarse contra lo que creen que es una "concepción diferente del servicio público".

Así lo ponía de manifiesto la diputada de la CUP Eulàlia ReguantEl Nacional, y así también lo denunciaba la diputada de Catalunya Sí que es Pot Àngels Martínez, que ya hace tiempo que emplaza al Govern a "analizar a fondo el modelo [sanitario] y cuestionar todo lo que no funciona".

Reguant carga contra un modelo que considera "clasista" porque los pacientes "son tratados en función de su clase social". Eso se ve cuando, según ella, "el Govern pretende regular la actividad privada", motivo por el cual "seguirá la doble o triple lista de espera" que, según su opinión, es una "manera encubierta de privatizar".

Dos formas de privatización

Y es que, asegura, "privatizar" no consiste solo en "llevar la actividad privada a los centros públicos", sino también en que los usuarios acaben optando por contratar una mutua ante la impotencia que sienten cuando los hacen esperar para ser visitados y operados. "Explican que en 2016 consiguieron reducir las listas de espera por la gente que ha acabado yendo por la vía privada, eso no deja de ser privatización", afirma.

De hecho, cuando el exconseller de Salut Boi Ruiz estaba en el Govern ya emplazaba a la ciudadanía a contratar una mutua e, incluso, lo recomendó "totalmente", y terminó añadiendo que "por suerte, el 26% de los catalanes tiene un seguro médico privado".

Una enfermera de un hospital público catalán se lamentaba, en este sentido, de que "con todos los recortes de la sanidad pública fomentan una sanidad privada, mientras se han cargado una sanidad pública buena que teníamos".

Así las cosas, mientras algunos pacientes esperan que la sanidad pública se recupere porque confían mucho más en este sistema que en el privado, otros han optado por hacerse de una mutua y, nunca mejor dicho, curarse en salud.