Cada vez son más las personas que se pasan a la dieta vegetariana o vegana. Bien sea por salud, por respeto al mundo animal o por salvar el planeta, el número de seguidores de este tipo de alimentación no hace sino crecer cada año, hasta el punto de que se calcula que en solo dos años, de 2017 a 2019, el porcentaje de población adulta que rechaza la carne ha pasado del 7,8% al 9,9%.

Sin embargo, a la vez que aumentan los veggies, también aparecen diversos estudios de detractores de estas dietas que alertan de los peligros que puede ocasionar su seguimiento.

Hace unas semanas se publicó que las personas vegetarianas y, especialmente las veganas, no ingieren la cantidad necesaria de colina, un nutriente esencial que construye y repara las membranas neuronales y también tiene una acción beneficiosa frente a las enfermedades cardiovasculares. Se encuentra en alimentos como el hígado de vacuno o la yema del huevo. El estudio fue recogido por la revista British Medical Journal y tuvo un gran impacto en todo el mundo.

Veganos

A esta investigación se añade otra nueva que se acaba de publicar en la misma revista y que es resultado de un análisis muy extenso que examinó a consumidores de carne, pescado y vegetarianos durante un período de seguimiento de 18 años. Según las conclusiones de este nuevo estudio, los consumidores de pescado y los vegetarianos tenían tasas de enfermedad cardíaca un 13% y un 22% más bajas, respectivamente, en comparación con los consumidores de carne. Pero los expertos también pudieron comprobar que los vegetarianos experimentaron un mayor riesgo de accidente cerebrovascular –aproximadamente un 20 por ciento más alto que los que comen carne–.

Al parecer, estas cifras se deben principalmente a un tipo de patología concreta llamada accidente cerebrovascular hemorrágico, que se produce si se rompe un vaso sanguíneo debilitado, lo que a su vez provoca el derrame de sangre en el cerebro.

La investigación se basó en el Estudio Europeo de Investigación Prospectiva sobre Cáncer y Nutrición (EPIC-Oxford) e incluyó información sobre 48.188 personas de alrededor de 40 años sin antecedentes de enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular. Los expertos dicen que aún es pronto para sacar conclusiones, aunque lo cierto es que ya se habían hecho investigaciones en Japón y China que relacionan las dietas vegetarianas con mayores tasas de accidente cerebrovascular.

Verduras

Y no son los únicos. Al mismo tiempo que las dietas se extienden, crecen también su número de detractores. Algunos acusan a la industria de promover estos estudios para que la gente siga comiendo carne, pero lo cierto es que ambos han sido publicados en revistas prestigiosas del sector. En todo caso, la dieta vegetariana y, aún más si cabe la vegana, deberían ser seguidas por todos aquellos interesados bajo un control médico para comprobar que no está provocando ninguna carencia nutricional en las personas que las siguen.