El coronavirus ya ha llegado a los seis meses desde que se dio a conocer, por primera vez, en Wuhan. Medio año después, las teorías sobre su origen todavía no son determinantes. Por eso, la Organización Mundial de la Salud ha anunciado que enviará un equipo de expertos a China este próximo fin de semana para "preparar planes científicos con los homólogos chinos" con la finalidad de identificar la fuente zoonòtica de la enfermedad. Desde los Estados Unidos, esta ha sido una de las batallas permanentes que Donald Trump ha mantenido con Xi Jinping: el gobierno americano se niega a creerse que este virus surgiera de un mercado de alimentación y ponen el foco en un laboratorio próximo.

Más allá de la ubicación también será básico determinar si este virus recae en un animal, la teoría más repetida es la de los murciélagos. Otros, defienden que todo forma parte de un experimento de laboratorio. Sea como sea, falta transparencia y conocimiento del virus y la enfermedad que ha desarrollado. La carrera para tener la vacuna y ampliar sus conocimientos es básico para prever la situación sanitaria y económica de los próximos meses. La OMS prevé que los expertos acabarán desarrollando el alcance del foco inicial a partir de lo que consideran que es toda una "misión de ámbito internacional". La teoría de la que parten es entender cómo saltó "la enfermedad de animales a humanos".

Todavía no se ha alcanzado el pico

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, sigue dando un baño de realidad cada vez que sale a hablar en una conferencia: "El brote se está acelerando y claramente no hemos alcanzado el pico de la pandemia". Ahora bien, el número de muertos se ha nivelado globalmente y destaca los progresos de algunos países. A grandes rasgos, recuerda: "Se tardaron doce semanas para que el mundo llegara a los 400.000 casos. Mientras que durante el fin de semana se produjeron los mismos en todo el mundo. Y ahora ya hablamos de 11,4 millones de contagios y más de 535.000 vidas perdidas".