Un grupo de científicos decidió ponerse manos a la obra para investigar el papel del olor en el aprendizaje y la memoria durante el sueño. Como resultado del estudio, los autores fueron capaces de hallar que el uso estratégico de aromas durante el aprendizaje y durante el sueño puede mejorar el rendimiento de los estudiantes en los exámenes.

Lo que de manera resumida concluye el estudio es que si olemos un aroma mientras aprendemos cosas nuevas y luego dormimos junto a ese mismo olor, nos será más fácil recordar más adelante la información que hemos aprendido.

Investigaciones previas ya habían llegado anteriormente a una conclusión similar, pero este último estudio –publicado en la revista Scientific Reports– es uno de los pocos que lo comprueba en una situación de la vida real.

Incienso

En palabras de los autores, “hemos sido capaces de demostrar que el efecto de apoyo de las fragancias funciona de manera muy fiable en la vida diaria y que se puede utilizar de forma específica”.

Mientras estamos despiertos, la información nos llega a través de cada uno de los cinco sentidos y en muchas ocasiones, al mismo tiempo. En ese momento, nuestro cerebro selecciona la información más importante y crea una imagen coherente de lo que sucede a nuestro alrededor.

Una parte de la selección de esta información sensorial pasa a formar parte de la memoria a corto plazo, y otra parte aún más pequeña de esa se traslada a la memoria a largo plazo, lo que hace posible que lo recordemos con detalle más adelante.

Los científicos llaman conversión al hecho de que los detalles de la memoria del corto plazo pase a forma parte de la del largo plazo. Y esta consolidación es fundamental a la hora de construir recuerdos mientras estamos durmiendo. Por eso, la ciencia estudia comprender cómo influir y mejorar la consolidación.

El estudio

 

Para investigar si a través del olor se pueden fijar mejor los recuerdos, los científicos reclutaron a 54 estudiantes de sexto de primaria en Alemania. Les pidieron a estos participantes que mientras estudiaban vocabulario de inglés, tuvieran a su lado unas varitas con olor a rosas. junto a ellos mientras aprendían vocabulario de inglés en casa. Una semana más tarde de que empezaran a estudiarlo, se les puso un examen sobre la materia.

La mitad de los estudiantes fueron divididos en cuatro grupos experimentales. El primero de ellos lo formaron chicos que no se habían expuesto a ningún aroma, en el segundo juntaron a aquellos que habían estudiado con el aroma a rosas y que en el examen también lo tuvieron presente. El tercer grupo era el de los que habían estudiado con el olor a rosas y todas las noches mientras dormían, pero no se les repartió el aroma durante el test. Y, por último, los alumnos del cuarto grupo lo formaron los que habían estudiado el vocabulario con el aroma a rosas y que además habían dormido con él cada noche y lo habían tenido junto a ellos durante el examen en la escuela.

Oliendo

Los resultados fueron muy concluyentes. Los de los grupos tercero y cuarto sacaron notas claramente superiores a los de los dos primeros. Tanto como un 30 por ciento más que el resto de sus compañeros.

Aunque los alumnos del grupo 4 obtuvieron unas calificaciones algo mejores que los del grupo 3, la diferencia no fue muy significativa. Por lo tanto, los científicos pudieron deducir que la exposición al olor a rosas durante el sueño era el factor fundamental. Un hecho que abre un importante abanico de posibilidades en la aplicación del descubrimiento en tareas de memoria en la vida real. Los investigadores confían en que el hallazgo sirva en el futuro para diversas tareas en las que una buena memoria sea decisiva para su desempeño.