El aumento de los niveles de grasas en la sangre en personas con diabetes tipo 2 y obesidad es más dañino de lo que se pensaba, según ha revelado un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Leeds.

En pacientes con enfermedades metabólicas, los niveles elevados de grasa en la sangre crean estrés en las células musculares, una reacción a los cambios externos de la célula que dañan su estructura y función. Investigadores de la Universidad de Leeds han descubierto que estas células estresadas emiten una señal que puede transmitirse a otras células.

Las señales, conocidas como ceramidas, pueden tener un beneficio protector a corto plazo, porque son parte de un mecanismo diseñado para reducir el estrés en la célula. Pero en las enfermedades metabólicas, que son condiciones a largo plazo, las señales pueden matar las células, hacer que los síntomas sean más severos y empeorar la enfermedad.

Se sabe desde hace mucho tiempo que el aumento de grasa en la sangre daña los tejidos y los órganos, lo que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, incluida la diabetes tipo 2. La afección puede ser causada por la obesidad, cuyas tasas casi se han triplicado en todo el mundo desde 1975. En 2016, había más de 650 millones de adultos mayores de 18 años con obesidad.

El supervisor de investigación Lee Roberts, profesor de Fisiología Molecular y Metabolismo en la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds, afirma que “aunque esta investigación se encuentra en una etapa inicial, nuestro descubrimiento puede formar la base de nuevas terapias o enfoques terapéuticos para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y enfermedades metabólicas como la diabetes en personas con niveles elevados de grasas en la sangre en la obesidad”.

Prueba sangre diabetes

En el laboratorio, el equipo reprodujo los niveles de grasa en la sangre observados en humanos con enfermedades metabólicas al exponer las células del músculo esquelético a un ácido graso llamado palmitato. Las células comenzaron a transmitir la señal de ceramida.

Cuando estas células se mezclaron con otras que no habían estado expuestas previamente a las grasas, los investigadores encontraron que se comunicaban entre sí, transportando la señal en paquetes llamados vesículas extracelulares.

El experimento se reprodujo en voluntarios humanos con enfermedades metabólicas y dio resultados comparables. Los hallazgos brindan un ángulo completamente nuevo sobre cómo las células responden al estrés, con consecuencias importantes para nuestra comprensión de ciertas enfermedades metabólicas, incluida la obesidad.

El profesor Roberts asegura que “esta investigación nos brinda una perspectiva novedosa sobre cómo se desarrolla el estrés en las células de las personas con obesidad y brinda nuevas vías a considerar cuando se busca desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades metabólicas. Dado que la obesidad es una epidemia cada vez mayor, la carga de enfermedades crónicas asociadas, como la diabetes tipo 2, requiere nuevos tratamientos. Esperamos que los resultados de nuestra investigación aquí abran una nueva vía de investigación para ayudar a abordar esta creciente preocupación”.