Los bebés nacidos por cesárea tienen una variedad relativamente escasa de bacterias en el intestino que los que lo hacen por parto vaginal. Pero a la edad de tres a cinco años, por lo general, vuelve a la normalidad y no hay diferencia. Así ha quedado demostrado en un estudio que también concluye que se necesita mucho tiempo para que se establezca la microbiota intestinal madura.
La investigación ha sido llevado a cabo por expertos de la Universidad de Gotemburgo y ha sido realizado en colaboración con el Hospital del Condado de Halland en Halmstad y se ha publicado en la revista Cell Host & Microbe. Los expertos ya habían demostrado previamente que la composición de la microbiota intestinal de los niños se ve afectada por su modo de parto y su dieta.
En el estudio actual, los investigadores examinaron en detalle cómo se había desarrollado la composición de las bacterias intestinales en 471 niños nacidos en el hospital de Halmstad. La primera muestra fecal se tomó cuando cada niño era un recién nacido. Posteriormente, el muestreo se realizó a los 4 meses, 12 meses, 3 años y 5 años. De este modo, los científicos pudieron seguir la incorporación sucesiva de diversas bacterias en la microbiota intestinal de los niños.
Al nacer, el intestino del bebé ya ha sido colonizado por bacterias y otros microorganismos. Durante los primeros años de vida, la riqueza de especies aumenta constantemente. Una conclusión clave es que la microbiota intestinal forma un ecosistema que tarda mucho en madurar. Incluso a los 5 años de edad, el sistema está incompleto.
El proceso de maduración puede ser muy diferente de un niño a otro y necesitar distintos períodos de tiempo. A la edad de 4 meses, la microbiota intestinal en los bebés nacidos por cesárea es menos diversa en comparación con los nacidos por vía vaginal. Sin embargo, cuando los niños tenían 3 y 5 años, la diversidad y composición de la microbiota se ha normalizado.
La microbiota intestinal de los niños nacidos por cesárea es menos diversa que la de los niños nacios por parto vaginal
Aun así, se muestran cautos. “Nuestros hallazgos muestran que la microbota intestinal es un órgano dinámico, y los estudios futuros deberán mostrar si las diferencias tempranas pueden afectar a los niños por cesárea más adelante en la vida”, aseguran los expertos.
“Llama la atención que incluso a la edad de 5 años, varias de las bacterias que son componentes importantes de la microbiota intestinal en los adultos falten en los niños”, continúan afirmando. Esto indica que el intestino es un entorno complejo y dinámico donde las bacterias crean las condiciones para la colonización de otras.
Según los investigadores, el estudio actual ha ampliado la comprensión de cómo los humanos interactúan con los billones de bacterias contenidas en nuestros cuerpos y de cómo se establecen estas bacterias. “Los niños aprenden habilidades como caminar y hablar a diferentes ritmos, y resulta que lo mismo se aplica a la madurez de la microbiota intestinal”, aseguran. “Al investigar y comprender cómo se desarrolla la microbiota intestinal en niños sanos, podemos obtener un punto de referencia para explorar si la microbiota puede contribuir a la enfermedad en estudios futuros”, concluyen.