Aunque la estrategia de la vacunación contra la covid siempre ha sido vista como un éxito en el Estado yen Catalunya, especialmente las primeras dos dosis que fueron muy bien recibidas por la población con una tasa vacunal de las más altas de Europa, después han seguido llegando una gran cantidad de viales que han caducado, una vez descongelados. Según ha confirmado en los últimos días el ministerio de Sanidad ha tenido que destruir casi 14 millones de dosis de las vacunas, especialmente las que se corresponden en la farmacéutica Pfizer que al principio de la campaña (ahora hace dos años) eran las que más se ponían. Con la estabilización de la pandemia, unas variantes más leves de la covid y que se escapan de la protección que ofrecen las vacunas, muchos españoles han optado por ponerse solo dos o tres dosis, descartando esta cuarta, aunque desde las autoridades sanitarias la recomienden. Ahora mismo, esta cifra de 14 millones de vacunas caducadas nos puede parecer muy alta, pero como que todo el mundo que quiere ya la puerta inoculada y sigue teniendo acceso, no tiene nada que ver con el escándalo que habría supuesto que se hubieran tirado millones de viales en la basura cuando las vacunas llegaban con cuentagotas y se formaba un caos entre las personas que querían ponérsela.

Esta no es una situación única en España, sino que se repite en toda la Unión Europea con cifras todavía más elevadas. Según recoge La Vanguardia, al conjunto de la UE se habrían tenido que lanzar hasta 170 millones de viales, que representan un 10% de los que se compraron, según ha calculado la consultora Airfinity. Hay que recordar que es este organismo el que se encargaba de hacer una compra centralizada de las vacunas y después las repartía entre los estados miembros, en lo que se definió como una estrategia conjunta de vacunación. Las previsiones que se hicieron desde la UE fueron exageradas y ahora cuentan con un excedente muy elevado de vacunas que están a punto de caducar o ya lo han hecho. Además, el hecho de tener que guardarlas en almacenes también supone un quebradero de cabeza importante, tal como han ido advirtiendo a los ministros de Sanidad en reuniones conjuntas.

Negociación con las farmacéuticas

Una de las soluciones que se propusieron en estos encuentros es negociar con las farmacéuticas nuevos plazos para que les entreguen las vacunas, tal como ha informado La Vanguardia. Pfizer, que es la principal proveedora de viales, ha sido informada de estas reuniones, que se reanudarán durante el mes de enero. Aparte de renegociar la entrega dependiendo de la evolución de la pandemia, también pedirán que se modifique la caducidad de las dosis que todavía no se hayan descongelado. Aunque ya se han notado los primeros frutos de esta negociación, como el hecho de cambiar las vacunas de primera generación por las nuevas adaptadas a las variantes que han ido surgiendo, eso no es suficiente.

Aunque ahora las vacunas les sobren y no haya espacio para guardarlas, desde la Unión Europea se defiende su estrategia de compra masiva, ya que en su momento, cuando más falta hacían, los países tenían bastantes dosis para ponerlas a todo el mundo que las necesitaba. Ahora, la situación ha cambiado, y cuando todavía falta que lleguen 1.800 millones de dosis de vacunas entre finales del 2022 y 2023 (una cifra récord) mientras se prevé que la demanda siga cayendo. La negociación con las farmacéuticas será clave para que no se tengan que seguir lanzando vacunas caducadas.