Investigadores catalanes han abierto la puerta en nuevas vías contra la metástasis del cáncer de mama. Más concretamente, han encontrado un camino para parar la metástasis en cáncer de mama en el momento de la micrometástasis —cuándo las primeras células aterrizan en otros órganos— y así prevenir su aparición. En un estudio publicado en Cancer Cell este jueves y liderado por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona, los científicos han identificado el papel de la proteína TIM-3 en las células más agresivas iniciadoras de metástasis, las llamadas "semillas de la metástasis". En ellas, TIM-3 permite en las células tumorales suprimir el sistema inmunitario cuando llegan a los órganos distantes y así asegurar su supervivencia en un momento crítico. Este hecho hace que sea un momento de oportunidad terapéutica, a la vez que convierte la proteína en una diana única y específica para este preciso momento de la enfermedad.

El momento de la llegada al nuevo órgano está un momento crítico y poco conocido, ante la falta de manifestaciones clínicas y técnicas que permitan investigarlo. Pero el equipo del trabajo ha utilizado un modelo de ratón para hacerlo y describir el papel clave de TIM-3 a la supervivencia de las primeras células tumorales que siembran los órganos afectados. El firmante principal del estudio e investigador del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), Toni Celià-Terrassa, ha explicado que "se trata de una fase de vulnerabilidad de la enfermedad, ya que quedan pocas células y si entendemos qué pasa y somos capaces de erradicarlas, dispondremos de una gran oportunidad para evitar la metástasis clínica, que es la fase peligrosa de la enfermedad". Es la primera vez que se identifica esta función de la proteína TIM-3 y su relación con las células cancerosas.

Harán falta más ensayos

Las células del tumor que sobreviven al viaje de la mama al nuevo órgano desde el tumor primario utilizan TIM-3 para evitar el ataque del sistema inmunitario, y consiguen reconfigurar el sistema del nuevo órgano donde aterrizan para esquivar el ataque de las células inmunitarias y sobrevivir. Eso las permite proliferar y generar un nuevo tumor, la iniciación de la metástasis, como han podido ver los investigadores con células de los diversos tipos de cáncer de mama en metástasis en el hígado. Además, con una cohorte de pacientes del Hospital del Mar pudieron comprobar cómo aquellas pacientes con tumores con niveles altos de la proteína tenían más riesgo de metástasis y de mal pronóstico. "Los pacientes positivos en TIM-3 en el tumor primario tienen un riesgo más elevado de recurrencia y metástasis", ha asegurado Catalina Rozalén, investigadora predoctoral del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

Todo ello abre la posibilidad de utilizar fármacos existentes que bloqueen la acción de TIM-3 para evitar la aparición de nuevos tumores. "Tener herramientas para estos pacientes de alto riesgo, como los que son TIM-3 positivo, puede permitir aplicarles una terapia anti-TIMO-3 después de cirugía para evitar la posterior recaída y prevenir la metástasis", ha dicho Celià-Terrassa. El estudio indica que habría que aplicar el tratamiento antes de la aparición de la metástasis, ya que cuando se ha producido la enfermedad es más difícil de controlar y TIM-3 deja de tener tanta relevancia. En cualquier caso, primero habrá que desarrollar ensayos clínicos que validen esta posibilidad. Al fin y al cabo, lo que importa es que "el estudio nos abre un mecanismo y diana específica para atacar la metástasis en el momento de la micrometástasis en cáncer de mama antes de que pueda ser detectada", según el jefe del Servicio de Oncología del Hospital del Mar e investigador tanto de su instituto de investigación como del GEICAM, Joan Albanell, que concluye: "Bloquear TIM-3 nos puede permitir conseguirlo, pero todavía falta mucha investigación en ensayos clínicos con el diseño apropiado para llegar".