La dieta que se ha impuesto en los últimos años en los países occidentales, rica en carbohidratos de absorción rápida, grasas saturadas y alimentos ultra procesados tiene importantes consecuencias para nuestra salud, por eso cada vez son más las campañas para promover una alimentación saludable, sobre todo entre niños y jóvenes. Ahora, un nuevo estudio vincula la dieta típica occidental con un aumento del riesgo de sufrir trastornos dolorosos, sobre todo con afecciones como diabetes u obesidad.

El estudio Elevated dietary ω-6 polyunsaturated fatty acids induce reversible peripheral nerve dysfunction that exacerbates comorbid pain conditions (Los ácidos grasos poliinsaturados omega-6 elevados en la dieta inducen una disfunción del nervio periférico reversible que exacerba las condiciones de dolor comórbido) ha sido llevado a cabo por el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio y concluye que los cambios en la dieta pueden reducir significativamente o incluso revertir el dolor de afecciones que causan dolor inflamatorio, como artritis, traumatismo o cirugía, o dolor neuropático, como la diabetes. El nuevo hallazgo podría ayudar a tratar a los pacientes con dolor crónico simplemente modificando la dieta o desarrollando medicamentos que bloqueen la liberación de ciertos ácidos grasos en el cuerpo.

El estudio, que se ha llevado a cabo durante cinco años, ha sido recogido en la revista Nature Metabolism y los principales autores son Jacob T.Boyd y Peter M. LoCoco, del Departamento de Endodoncia de UT Health San Antonio.

Interior   Perrito caliente

El dolor crónico es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Pero aunque a menudo se recomienda la reducción de grasas para controlar la diabetes, los trastornos autoinmunes y las enfermedades cardiovasculares, el papel de los lípidos de la dieta o los ácidos grasos en las condiciones de dolor es relativamente desconocido. En este nuevo artículo, el Dr. Boyd y sus colegas utilizaron múltiples métodos tanto en ratones como en humanos para estudiar el papel de los ácidos grasos poliinsaturados en las condiciones de dolor. Las conclusiones apuntan a que las dietas ricas en grasas poliinsaturadas omega-6 presentes en alimentos tan dispares como las palomitas de maíz o los aros de cebolla pasando por los bocadillos procesados, comidas rápidas, pasteles y carnes grasas y curadas, entre otros aumentan el riesgo de sufrir dolor.

La parte positiva es que la reversión de esta dieta, especialmente al reducir los omega-6 y aumentar los lípidos omega-3, disminuye en gran medida estas condiciones de dolor.

“Este artículo es una contribución importante para una enorme necesidad insatisfecha, ya que no existen tratamientos que alteren la naturaleza de esta enfermedad neurológica que causa el dolor agudo”, explican los expertos.