Un estudio con ratones publicado en la revista Geroscience ha identificado el mecanismo de acción de un compuesto contra el Alzhéimer desarrollado por el equipo de Química y Farmacología Médicas de la Universidad de Barcelona. El fármaco pertenece a una familia de moléculas que cuando se unen a los receptores imidazoles I2, reducen la neuroinflamación y mejoran la cognición y de otros marcadores de la progresión de la enfermedad. Los resultados muestran que estos efectos beneficiosos tendrían lugar cuando se modula la vía de la calcineurina. Según los investigadores, este estudio preclínico abre la puerta al desarrollo de nuevas terapias contra el Alzhéimer, una enfermedad que todavía no tiene cura, y también contra otras patologías neurodegenerativas.

El nuevo compuesto, que presenta una alta afinidad y selectividad con respecto a los receptores  imidazoles I2, ha sido diseñado y sintetizado por el grupo de química médica de Carmen Escolano. Estos receptores se encuentran en diferentes órganos y participan en múltiples procesos fisiológicos (analgesia, inflamación, enfermedades del sistema nervioso). Además, se han relacionado con procesos neurodegenerativos y se encuentran incrementados en el cerebro de personas que sufren Alzheimer.

Efecto positivo

Estudios previos de este grupo de investigación han demostrado el efecto positivo de esta familia de compuestos en la evolución del Alzhéimer. "Después de estos resultados, nuestro objetivo era determinar el mecanismo y los parámetros que se modifican cuando se administra el fármaco a modelos animales, en concreto en ratones con neurodegeneración vinculada al envejecimiento, que se considera asimilable al Alzhéimer de inicio tardío. Es decir, aquel en que los síntomas se inician hacia los 65 años", explica Carmen Escolano.

En el experimento, los investigadores analizaron diferentes marcadores de la evolución de la enfermedad, así como pruebas conductuales y de memoria a corto y largo termine, por estudiar los efectos del tratamiento en el comportamiento y la memoria de los ratones. Los resultados muestran una mejora significativa de los animales que recibieron el fármaco, en comparación con el grupo control. "La nueva molécula mejoró la cognición y mitigó la ansiedad de los ratones. Además, pudimos confirmar en el ámbito molecular que el tratamiento con esta molécula redujo la neuroinflamación y el estrés oxidativo característicos en el Alzhéimer, además de disminuir marcadores específicos de la patología, como la proteína tau o la beta amiloide", explica Mercè Pallàs.

El estudio también ha permitido deducir el mecanismo de acción del nuevo compuesto. "Nuestros hallazgos proporcionan evidencia que los cambios moleculares que tienen lugar después del tratamiento están relacionados con la vía de la calcineurina, una enzima fosfatasa responsable de la producción de mediadores inflamatorios como las citocinas o de la reducción de la plasticidad neuronal", explica Carmen Escolano.

"Estos resultados –continúa la investigadora– abren nuevas posibilidades para esta familia de ligandos de los receptores imidazoles I2, ya que la mejora cognitiva que producen en modelos animales de neurodegeneración está determinada por el mecanismo de acción descrito".

El artículo es resultado de la colaboración de dos equipos de investigación de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación liderados por Mercè Pallàs, miembro del Instituto de Neurociencias (UBNeuro), y Carmen Escolano, del Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB). El trabajo también está firmado por los investigadores de la UB Christian Griñán Ferré, Foteini Vasilopoulou, Sergio Rodríguez Arévalo, Andrea Bagán y Sònia Abás.