El camino que tienen que hacer los niños que acuden al Hospital Vall d'Hebron para recibir tratamientos de radioterapia, es a menudo una zona de paso fría y que les puede producir angustia antes de recibir el tratamiento. Ahora el Hospital Vall d'Hebron ha tematizado este espacio con dibujos que simulan el espacio de una selva con animales. Con esto, los responsables esperan reducir la sensación de miedo y angustia de los niños. Los aceleradores para llevar a cabo la radioterapia se encuentran en la zona general del hospital, no en la zona infantil, y este espacio es compartido entre adultos y niños. "Es muy importante la humanización, ponerse en el lugar del niño. La experiencia y la mirada son completamente diferentes de las de los adultos", destaca la doctora especialista en Oncologia Radioteràpica, Mònica Ramos.

Uno de los primeros niños que han pisado el remodelado espacio es Martín. Él y sus padres esperan para la prueba de imagen que servirá para preparar el tratamiento de radioterapia para cuidar el sarcoma de Ewing que le diagnosticaron este agosto. Esta sala, que los niños compartían antes con los adultos, se ha convertido en una selva con animales y lianas para hacer más confortable la espera de los más pequeños. El hospital, que es el centro de referencia en radiología oncológica pediátrica de Catalunya, también ha preparado una consulta separada con que las familias ganan intimidad. "Se agradece este espacio más íntimo, sin tanta gente, y con una ambientación que tranquiliza a los niños. El espacio les da serenidad porque venir a un sitio que no conoces crea inseguridad y miedo. No sabes qué pasará y los colores, los dibujos, transmiten seguridad", observan Marta y Marc, los padres de Martín.

Esta tematización del espacio la han llevado a cabo de forma conjunta el Hospital Vall d'Hebron y la fundación Juegoterapia. Ahora los niños tienen que seguir las huellas de un animal para llegar hasta la sala del acelerador, un equipo con tecnología avanzada que permite ganar mucha precisión y seguridad en la radioterapia. Allí también acogen a los niños animales pintados en las paredes para reducir la frialdad que puede transmitir un espacio hospitalario con una máquina imponente como esta.

El jefe del Servicio de Oncología Radioterápica de Vall d'Hebron, el doctor Jordi Giralt, destaca que acudir al hospital será "más fácil y amigable" para los niños que antes, cuando se encontraban en un entorno "más adulto y no tan familiar". "Es mucho más fácil todo en un entorno como este. Estamos reduciendo la ansiedad de los niños, que se sienten más confortables, y eso facilita el tratamiento", afirma. Los pacientes se tienen que estar muy quietos cuando les hacen las exploraciones radiológicas (TAC) y reciben el tratamiento y, si los niños están muy angustiados, a veces se tienen que sedar. Los responsables del servicio esperan poder reducir las anestesias en estos espacios, ahora un poco más cálidos y agradables para los más pequeños.