Cuando hablamos de emociones también nos referimos a reacciones que nos hablan de quienes somos, de cómo afrontamos el día a día y de cómo sentimos ante las situaciones que nos suceden. Eso sí, las emociones son neutras porque no existen emociones positivas o negativas. Solo cambia la forma en la que se perciben.

Es uno de los estereotipos más difundidos históricamente: que las mujeres son mucho más emocionales que los hombres y, por tanto, las emociones les influyen más en su carácter y en su día a día. Pero lo cierto es que no es verdad. Lo que ocurre es que sentimientos como el entusiasmo, el nerviosismo o la fuerza a menudo se interpretan de manera diferente entre los dos sexos, perjudicando más a las mujeres. Lo que significa ser "emocional" para los hombres y las mujeres es parte de un nuevo estudio de la Universidad de Michigan que disipa estos prejuicios.

Un ejemplo de estos estereotipos: un hombre que muestra sus emociones durante un evento deportivo se describe como apasionado. Pero una mujer cuyas emociones cambian debido a cualquier evento, incluso si es provocado, se considera irracional. Así lo manifiesta la autora principal del estudio, Adriene Beltz, profesora de psicología de la Universidad de Michigan.

Beltz y sus colegas Alexander Weigard, profesor asistente de psiquiatría de la misma institución, y Amy Loviska, de la Universidad de Purdue, realizaron un seguimiento a 142 hombres y mujeres durante 75 días para aprender más sobre sus emociones diarias, tanto positivas como negativas. Las mujeres se dividieron en cuatro grupos.

Los investigadores detectaron fluctuaciones en las emociones de tres formas diferentes y luego compararon los sexos. Encontraron poca o ninguna diferencia entre los hombres y los diversos grupos de mujeres, lo que sugiere que las emociones de los hombres fluctúan en la misma medida que las de las mujeres (aunque probablemente por diferentes razones). “Tampoco encontramos diferencias significativas entre los grupos de mujeres, dejando en claro que los altibajos emocionales se deben a muchas influencias, no solo a las hormonas”, dijo.

Hombre preocupadoLos hallazgos tienen implicaciones más allá de la gente común, dicen los investigadores. Históricamente, las mujeres han sido excluidas de la participación en la investigación en parte debido a la suposición de que las fluctuaciones de las hormonas ováricas conducen a variaciones, especialmente en las emociones, que no pueden controlarse experimentalmente, dicen.

“Nuestro estudio proporciona datos psicológicos de manera única para mostrar que las justificaciones para excluir a las mujeres en primer lugar (porque las hormonas ováricas fluctuantes y, en consecuencia, las emociones y experimentos confusos) estaban equivocadas”, asegura Beltz.