La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear. La Organización Mundial de la Salud define la hipertensión como un trastorno por el que los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo que puede dañarlos.

La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma. Solo en algunas ocasiones, causa dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón o hemorragias nasales, pero no siempre. El problema es que, si no se controla, puede derivar en complicaciones graves, como un infarto o  una insuficiencia cardiaca.

La mayoría de personas con hipertensión no muestra síntomas, pero es importante controlarla para evitar consecuencias graves 

Existen diferentes hábitos que pueden ayudar a mantener niveles de tensión adecuados, entre ellos  hacer ejercicio regularmente. Incluso en zonas donde la contaminación del aire es relativamente alta. Así lo demuestra una nueva investigación que publica la Asociación Estadounidense del Corazón. Más del 91% de las personas en todo el mundo viven en áreas donde la calidad del aire no cumple con las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).  Pero aun así, la actividad física continúa teniendo un efecto protector incluso cuando las personas estuvieron expuestas a altos niveles de contaminación. Por lo tanto, sigue siendo una pauta recomendable.

El estudio

Los investigadores estudiaron a más de 140.000 personas no hipertensas en Taiwán y los siguieron durante una media de 5 años. Clasificaron los niveles de actividad física semanal de cada adulto en diferentes niveles: inactivo, moderadamente activo o altamente activo. También clasificaron el nivel de exposición a partículas finas como bajo, moderado y alto. La presión arterial alta media se definió como 140/90 mm Hg.

En general, las personas altamente activas y expuestas a bajos niveles de contaminación tenían un menor riesgo de desarrollar presión arterial alta. Mientras que las personas que estaban inactivas y expuestas al aire altamente contaminado presentaban un mayor riesgo. Cada aumento en el nivel de contaminación se asoció con un aumento del 38% en el riesgo de hipertensión, mientras que cada aumento en el nivel de actividad física llevó a un riesgo 6% menor de hipertensión.


Los expertos concluyen que se debe promover el ejercicio incluso en las áreas contaminadas

Es decir, que reducir la contaminación del aire es más eficaz para prevenir la presión arterial alta. Los beneficios de la actividad física regular se mantienen independientemente del nivel de contaminación. Las personas que hicieron ejercicio moderadamente tenían un riesgo 4% menor de hipertensión arterial que aquellas que no hicieron ejercicio. Las personas que hacían ejercicio a un nivel alto tenían un 13% menos de riesgo de hipertensión arterial que las personas que no hacían ejercicio. 

Por lo tanto, el ejercicio debe ser promovido incluso en áreas contaminadas según los expertos. Eso no es óbice para seguir combatiendo los altos niveles de contaminación en las ciudades, pero mientras eso se consigue, debemos seguir haciendo actividad física para mejorar nuestra salud.