Cada día, miles de niños en Catalunya comen en su centro escolar. Tal y como ha difundido el Ministerio de Educación, un 72,9% de los alumnos de educación primaria pública come en su colegio y las cifras suben cada año. Por eso es importante que los padres se informen de cómo es la comida que les sirven y cómo ha de ser una dieta equilibrada.
Lo cierto es que, por ley, los colegios deben ser revisados por las administraciones sanitarias y educativas, con profesionales formados en dietética y nutrición. Así se acordó en 2011 con la Ley de Seguridad Alimentaria que dedicaba un capítulo sobre los menús servidos en los comedores escolares.
Se elaboró una guía de referencia, el ‘Documento de consenso sobre la alimentación en los centros educativos’, respaldado por el ministerio y diversas asociaciones médicas, que tiene como objetivo que las familias se familiaricen con los nuevos cambios. Según consta en la ley, el comedor escolar, como servicio educativo complementario a la enseñanza, deberá atender a los siguientes objetivos:
>Educación para la salud, higiene y alimentación: encaminados a desarrollar y reforzar la adquisición de hábitos alimentarios saludables, normas de comportamiento y correcto uso y conservación de los útiles del comedor.
>Educación para la responsabilidad: haciendo partícipe al alumnado, en función de su edad y nivel educativo, en las tareas, intervenciones y proyectos que se desarrollen en los comedores.
>Educación para el ocio: planificando actividades de ocio y tiempo libre que contribuyan al desarrollo de la personalidad y al fomento de hábitos sociales y culturales.
>Educación para la convivencia: fomentando el compañerismo y las actitudes de respeto, educación y tolerancia entre los miembros de la comunidad escolar, en un ambiente emocional y social adecuado.
Se puede consultar toda la información al respecto en este enlace.
Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta los pilares básicos de una alimentación equilibrada. Un consumo básico de grasas (salvo aceites de oliva, girasol, maíz, soja, etc.), dulces, bollería, caramelos, pasteles, refrescos, helado, así como carnes grasas, embutidos y patés.
En lo que respecta a los pescados y las carnes magras, así como los huevos las legumbres o los frutos secos lo mejor es tomar 3 o 4 raciones. El consumo también debe ser ocasional de leche, yogur y queso. De verduras y hortalizas, un mínimo de dos raciones a las semana.
Es importante que sobre esta cuestión, no perdamos de vista los menús del colegio para saber si los niños se están alimentando correctamente.