Grito de alarma de una veintena de sociedades médicas por el etiquetado del alcohol. En un manifiesto conjunto difundido este lunes, hasta 25 sociedades médico-científicas españolas han advertido que "no existe ningún nivel de consumo (de alcohol) beneficioso o seguro para la salud", motivo por el cual han reclamado acabar con el uso de expresiones como "consumo moderado" o "responsable", así como regular de forma "estricta" su publicidad y mejorar su etiquetado. "Ningún profesional sanitario tiene que recomendar el consumo de alcohol", afirman, a la vez que proponen al conjunto de la sociedad promover la filosofía que "como menor sea el consumo, mayores serán los beneficios para la salud" porque no existe un umbral de consumo seguro de esta sustancia.

La idea es clara: "Alcohol, cuanto menos, mejor". Y es que esta droga provoca a 15.000 muertos al año, cosa que la convierte en la segunda causa prevenible de mortalidad, y se asocia además de 200 enfermedades y problemas de salud —por ejemplo, la hepatopatía crónica por alcohol y otras enfermedades cardiacas o vasculares (hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, ictus, cirrosis, fibrilación auricular...), a más de siete tipos de cáncer—. También provoca adicción, psicopatologías, lesiones (personales y a terceras personas) y problemas sociales (familiares, laborales, peleas, accidentes viales, trastornos del espectro alcohólico fetal...). Además, en el 28% de los accidentes de tráfico mortales, el conductor ha dado positivo en alcohol. "Ningún profesional sanitario tiene que recomendar el consumo de alcohol", concluye el manifiesto.

Objetivo: 0,0 entre menores de edad

Las sociedades médicas reconocen que el consumo cero de alcohol no es un objetivo inmediatamente alcanzable para toda la población, pero también insisten en que "resulta imprescindible en determinados grupos y circunstancias", como menores de edad, jóvenes, durante la gestación, durante la crianza y entre las personas que conducen vehículos. "En estos casos, la abstención total tiene que constituir un objetivo innegociable para la salud pública", afirman.

Tanto el consumo habitual de riesgo como el intensivo ocasional (binge drinking) se asocian con problemas de salud, reiteran. Concretamente, en menores, altera el desarrollo cerebral y predice problemas futuros de comportamiento y rendimiento académico. La última encuesta Estudes revela que el 53,6% de los menores de 14 a 18 años han consumido alcohol en el último mes y se han emborrachado el 20,8%, mientras que un 63,5% de los adultos han bebido en el último mes y un 16% se han hartado.

Etiquetado y riesgo de cáncer

Así pues, por una parte, piden que se alineen los impuestos del alcohol con la media europea para reducir el consumo, especialmente entre menores y población vulnerable. El impuesto tendría que tener dos componentes: uno lineal para todas las bebidas con alcohol (precio mínimo unitario) y otro proporcional en el grado alcohólico. De otra, una regulación estricta de la publicidad, la promoción y el patrocinio, directo o indirecto, de las bebidas alcohólicas en medios convencionales y digitales (cosa que incluye a los influenciadores, entre otros) —especialmente en recintos educativos y deportivos, o cualquier espacio donde asistan menores—. "Las bebidas 0,0 también tienen que estar incluidas en esta regulación para evocar el consumo de bebidas alcohólicas y servir de puerta de entrada a personas que no tienen que consumir alcohol", advierten.

En la misma línea, piden que se desarrolle un etiquetado de bebidas alcohólicas con mensajes sobre contenido energético, el perfil nutricional, los riesgos en menores de edad y personas embarazadas, los riesgos en la conducción de vehículos y los riesgos genéricos para la salud, incluidos, algunos tipos de cáncer. "Este etiquetado tiene evidencia científica en la reducción del consumo de alcohol y la protección de la ciudadanía ante la manipulación de colectivos con intereses económicos en la producción, distribución y su comercialización. Las personas consumidoras tienen derecho a esta información para tomar sus decisiones", afirman.

Otras propuestas contra el alcohol

También reclaman más vigilancia del consumo en la calle y apelan los ayuntamientos para que cumplan las normativas al respecto: "Las multas por este comportamiento podrían sustituirse también por el acceso a programas educativos sobre el alcohol. Reforzar la vigilancia de alcohol en el volante, con el objetivo 0,0". Y ven necesario regular estrictamente los puntos de venta, horarios y accesibilidad, especialmente para menores de edad. Por ejemplo, regular la exposición de bebidas alcohólicas en locales de venta y supermercados, prohibir las ofertas y promociones 2x1, las happy hours en hostelería, divulgar premios y sorteos dirigidos a jóvenes en internet, prohibir la venta para niños de bebidas que emulen bebidas alcohólicas...

Asimismo, ven necesario incrementar programas educativos para la prevención del consumo de alcohol en población escolar e incorporar la participación de las familias, al mismo tiempo que mejorar la asistencia sanitaria y social, cosa que implica que las sociedades científicas y administraciones sanitarias tendrían que impulsar el cribado, la formación en intervención breve en consumo de riesgo y perjudicial de alcohol mediante programas específicos de formación en pregrado y posgrado y la formación continuada de los servicios de salud.

 

Para ir acabando, mejorar la asistencia a pacientes con problemas de alcohol evitando el estigma cuando acceden al sistema sanitario, considerando una financiación sostenible y contemplando los programas de reducción de daños por alcohol, además de promover ocio libre de alcohol, con el objetivo de normalizar conductos de no consumo y actitudes positivas hacia un estilo de vida libre de alcohol. Finalmente, concluyen que "resulta imprescindible financiar programas de investigación dirigidos a la prevención de los problemas relacionados con el alcohol, a la traducción de sus hallazgos en medidas políticas basadas en la evidencia y en la evaluación de impacto en salud de su implementación".

El manifiesto ha sido impulsado por la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (Aceese), la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética, la Asociación Española para el Estudio del Hígado, la Asociación Española de Enfermería Pediátrica, la Asociación Española de Nutrición y Dietética, la Asociación Española de Pediatría, la Asociación de Enfermería Comunitaria, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Sociedad Española de Neurología y la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, mientras que diez entidades más se han añadido.