El primer ministro francés, Jean Castex, ha anunciado la obligatoriedad de teletrabajar 3 días a la semana a partir de ahora a causa de la nueva ola de coronavirus con la variante ómicron, que a su entender coexiste con la delta. Castex ha recomendado que los que puedan teletrabajen 4 días a la semana, y sólo ha excluido de esta norma los trabajos que por su naturaleza sean incompatibles con la medida, que se aplicará durante tres semanas.

El primer ministro francés ha comparecido esta noche en rueda de prensa, para anunciar las nuevas medidas que ha tomado el gobierno. Y entre estas también ha citado la prohibición de beber y comer en cines y teatros, y también en los transportes -incluidos los de largo recorrido-, para evitar que la gente se saque la mascarilla. Igualmente a partir del 3 de enero, después del Fin de Año, quedará prohibida la consumición de pie en cafés y restaurantes. Tampoco se permitirán los conciertos con la gente de pie.

No al confinamiento de Fin de Año

 

En cambio, Castex ha anunciado que no se prevé ningún toque de queda para Fin de Año. Eso sí ha recordado que durante 3 semanas las grandes concentraciones de personas, y con medidas, sólo serán permitidas para 2.000 personas en un interior, y 5.000 en el exterior.

También ha descartado la obligatoriedad de la mascarilla en la calle en todo el país, y la ha limitado al centro de las ciudades. La escuela, en cambio, abrirá normalmente el 3 de enero, como es habitual en Francia después de las vacaciones navideñas.

"Ante una situación especialmente tensa, la vacunación sigue siendo el centro de nuestra estrategia. Porque reduce la transmisión y ofrece protección contra las evoluciones graves", ha explicado al primer ministro. Ha anunciado en este sentido que se reducirá el tiempo entre la segunda y la tercera dosis de 4 a 3 meses, a partir del martes 28 de diciembre.

Carnet de vacunación

 

Castex también ha apuntado que el actual pase sanitario se transformará en un carnet de vacunación, a partir del sábado 15 de enero, y que para eso se tramitará una ley que la Asamblea francesa tendrá que votar. Igualmente endurecerán las sanciones por falsificación de los pases.

La obligatoriedad que existe en Francia de pedir el QR de las vacunas antes de consumir en bares y restaurantes estaba teniendo problemas graves, y chocaba con una fuerte oposición ciudadana.

Desde hace semanas algunas calles de París se llenan al mediodía y por la tarde, no con botellones, sino con personas que comían tranquilamente en el suelo, haciendo su pícnic particular. Había familias enteras. Esta actitud se ha interpretado como un desafío al pasaporte de vacunas del coronavirus, y afecta negativamente a la ocupación de bares y restaurantes.

El pasaporte sanitario ya era obligatorio para acceder a discotecas y a grandes acontecimientos sociales o deportivos con más de 1.000 asistentes. También se exige para asistir a lugares culturales que reciban a más de 50 personas.