Los productores de flor y planta viven con miedo, incertidumbre y un optimismo prácticamente obligado el último tramo del año. El sector, tocado por las pérdidas acumuladas durante la pasada primavera con el estallido de la crisis de la Covid-19, confía en equilibrar las cuentas anuales con las campañas de Todos los Santos y de Navidad, que representan el 35% de la facturación anual. "Ya sufrimos el problema de la primavera. Ahora esperamos llegar a la primavera siguiente", explica el vicepresidente del Mercado de Flor y Planta Ornamental de Catalunya, Jordi Rodón. Con respecto a Todos los Santos, la primera festividad importante del calendario, las ventas se están concentrando a "ultimísima hora" por la incertidumbre sobre las restricciones que puede implicar la segunda ola de coronavirus.

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Un mayorista trabajando en el mercado de Flor y Planta Ornamental / ACN

"Después de la primera ola hemos podido sobrevivir pero todavía no hemos cubierto las pérdidas del primer confinamiento. Ahora hay mucho miedo porque no sabemos qué pasará", explica el vicepresidente del Mercado, que teme sobre todo por lo que pueda pasar en los próximos dos meses hasta llegar a Navidad.

Uno de los productores importantes de crisantemos, Ramon Julià, explica que el hecho de trabajar con producto vive, implica también no tener demasiada capacidad de reacción para que campañas como la de Todos los Santos se previó incluso antes del primer confinamiento: "Trabajamos con una previsión de entre seis y diez meses y es muy difícil adaptarnos a eso".

Los floristas, prudentes con los pedidos

Los floricultores comparten esta incertidumbre con los floristas, que son muy "prudentes" a la hora de hacer sus pedidos. Lo explica así Jaume Vilaseca, propietario de una de las floristerías más ilustres de Mataró: "Hay mucho respeto a la hora de comprar. Nos preocupa mucho encargar flores y que digan que mañana no podemos abrir, como ya nos pasó en marzo".

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Actividad en el mercado de Flor y Planta Ornamental / ACN

Sin embargo, las ventas por Todos los Santos parecen garantizadas, aunque el ritmo es más lento que otros años. Ahora, una vez iniciada la semana en que proliferarán las visitas a los cementerios confían en que la venta de crisantemos de última hora se acelere para poder cerrar con buenas cifras esta primera campaña.

"Un mar de dudas"

Con todo, Rodón explica que las ventas son cada vez "más puntuales" y más a última hora. "Estamos en un mar de dudas", asegura. En este sentido, Julià asegura que las restricciones en algunos sectores económicos y la duda que eso genera en el conjunto de la sociedad "paso factura" otros sectores, como el de la flor y la planta.

A pesar de todo, el sector "intenta ser optimista" y las empresas prevén poder cerrar el año manteniendo al menos sus estructuras e intentando minimizar las pérdidas de la pasada primavera. Las cifras de Todos los Santos y Navidad, explican, tienen que ayudar a "el equilibrio anual" de las cuentas de los floricultores.