Un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad de California del Sur ha realizado un descubrimiento en el ámbito de la obesidad que podría abrir una nueva vía para mejorar el tratamiento contra esta patología. Los expertos que han participado en este trabajo científico se centraron en una proteína en el cerebro, el receptor de melanocortina 4, que ayuda a regular el equilibrio energético del cuerpo al controlar la cantidad de energía almacenada como grasa. Según determinaron, el análisis de este receptor está permitiendo conocer cómo afectan sus mutaciones al metabolismo de las personas.

El estudio viene a demostrar que no en todos los casos, la obesidad tiene que ver con el estilo de vida, sino que a veces las personas presentan mutaciones en sus genes que las predisponen a tener esos kilos de más. Y cuando se producen estas mutaciones, su obesidad va más allá de los hábitos de alimentación y por eso se convierte en un problema persistente con el paso de los años y que no se consigue atajar de ninguna manera.

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La investigación de estos expertos comenzó cuando se estaba abordando la estructura del receptor de melanocortina 4, para lo que se buscaron otros estudios que hubieran estudiado su biología y farmacología. Lo cierto es que, en la actualidad, hay cuatro medicamentos que se han desarrollado para tratar las alteraciones de este receptor, entre ellos el medicamento setmelanotide que se centra en las mutaciones de esta proteína para tratar formas raras de obesidad sindrómica, que afecta a aproximadamente 1 de cada 1500 personas. Sin embargo, el fármaco no es lo suficientemente potente como para tratar la obesidad alimentaria, la forma más común de la enfermedad. 

Por este motivo, en estos momentos, el objetivo de los científicos es determinar la estructura del receptor, lo que permitirá a los científicos desarrollar y probar nuevas terapias y fármacos que puedan tratar con mayor precisión la obesidad y las enfermedades metabólicas.

La investigación aparece en la revista Science, lo que pone de manifiesto el interés que puede despertar este tipo de investigaciones en la comunidad científica. Y más en un momento en el que se ha puesto de manifiesto que las personas que sufren obesidad, sobre todo los hombres, suelen ser más susceptibles a una peor evolución de la COVID-19.

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Actualmente, según asegura la OMS, la obesidad se ha triplicado en todo el mundo desde 1975. Más de 650 millones de adultos y 40 de niños y jóvenes la padecen en todo el mundo, lo que convierte a esta patología en un auténtico problema de salud pública.