Cada vez parece existir más evidencia científica acerca de la transmisión del virus SARS CoV-2 por el aire, a través de los famosos aerosoles de los que tanto se habla últimamente. Un estudio publicado hace unas semanas en la revista JAMA Internal Medicine ya hablaba acerca de esta vía de transmisión, pero la OMS y el Ministerio de Sanidad no lo consideran como una evidencia contrastada, aunque este último sí lo ha reconocido en el nuevo plan de respuesta temprana contra la COVID-19 que ha elaborado.

Según explica el Consejo General de Enfermería, los aerosoles son partículas suspendidas en al aire que pueden ser transportados por el mismo. En nuestro día a día, y fuera del ámbito sanitario, las emitimos al hablar, cantar, gritar, además de al toser o estornudar. Estas partículas suelen clasificarse en función de su tamaño. Los aerosoles tienen un tamaño menor de cinco micras y pesan muy poco, por lo que pueden permanecer suspendidos más tiempo en el aire y transmitirse hasta los seis metros. Las gotículas que son de mayor tamaño –considerándose gotículas pequeñas si su tamaño es entre cinco a diez micras y gotículas grandes las que llegan hasta 100 micras– , al pesar más caen antes por su peso, aunque pueden alcanzar hasta el 1,5 o 2 metros de distancia.

Hombre produciendo aerosoles

Los aerosoles de menor tamaño pueden permanecer suspendidos más tiempo en el aire y transmitirse hasta los seis metros

Los aerosoles no se comportan igual en espacios interiores que exteriores. En los espacios cerrados sin ventilación estas partículas permanecen suspendidas en el aire y, por tanto, hay más probabilidades de que sean inhalados por los que estén en la sala. En cambio, cuando se ventila un espacio interior, la circulación de aire hace que se dispersen los aerosoles disminuyendo su concentración y por lo tanto disminuye las posibilidades de inhalarlos. Ese riesgo es aún menor en espacios exteriores donde se respeta la distancia social y existe ventilación, ya que los aerosoles se dispersan y las posibilidades de inhalarlos son más reducidas.

Para evitar inhalar estas partículas, recomiendan ventilar con aire exterior frecuentemente abriendo puertas y ventanas, utilizar mascarillas bien ajustadas a la cara y llevarlas el máximo tiempo posible, fomentar actividades al aire libre, reducir los grupos de personas y el tiempo en espacio interiores, hablar en tono bajo y guardar la distancia de seguridad.

Además, se debe evitar el uso de mascarillas que se caigan, no ajusten bien o no cubran la nariz, los espacios con ruido o música que nos obliguen a gritar y acercarnos a terceros, cantar o gritar en grupo dentro de espacios cerrados y permanecer en espacios cerrados sin renovación de aire.

Para dar a conocer a la población todos estos consejos, la organización ha hecho púbico un vídeo animado que forma parte de la campaña de divulgación que ha realizado la institución desde que comenzó el estado de alarma y que ha buscado concienciar y ayudar a la población en materias como el lavado de manos, el teletrabajo, la salud mental, el uso de mascarillas y los hábitos saludables.