Cansancio, fatiga, dolor de cabeza, hiperactividad, ganas de socializar o ganas de aislarse. Estas son nomas algunas de las manifestaciones que ha tenido el estrés durante el confinamiento por el coronavirus. Pero no han sido los únicos síntomas. De hecho, ahora se empieza a detectar otro muy sorprendente: los dientes rotos.

"Hemos visto una cantidad cada vez más importante de dientes rotos en los últimos meses", explicaba el doctor Paul Koshgerian, cirujano oral especialista en implantes dentales de San Diego a la cadena norteamericana CNN.

dientes implantes unsplash

Dientes e implantes / Unsplash

Antes del coronavirus, Koshgerian detallaba que era normal tratar un diente roto al día o cada dos días. Ahora, insiste en que hay hasta dos visitas al día con dientes fracturados, e incluso, cinco.

Pero, ¿por qué ocurre?

El coronavirus no hace que los dientes sean más frágiles, pero la situación que ha comportado el virus sí que ha generado más desazón y ansiedad. Esta desazón, explica el Koshgerian, podría haber comportado que apretemos los dientes con más fuerza, por ejemplo, al dormir y de manera involuntaria durante el día. El bruxismo puede provocar que se estropeen los empastes o incluso, que se rompan los dientes.

Los síntomas del bruxismo incluyen el dolor de dientes cuando están juntos o durante el lavado, hinchazón indicativa de infección y dolor continuo con alimentos y bebidas frías. Detectarlo no siempre es fácil pero el doctor Koshgerian insiste en que si al despertar duelen las mejillas o los dos lados de la cara, es posible que estés apretando los dientes con fuerza.

radiografia boca unsplash

Radiografia d'una boca / Unsplash

"Si estas personas tienen pareja", comenta el médico en la CNN, "a menudo son las parejas las que se lo dicen al paciente porque oyen los ruidos por la noche o durante los momentos de convivencia".

¿Por qué el estrés sale de noche?

Los expertos constatan que es curiosamente durante la noche cuando apretamos los dientes con fuerza. Koshgerian detalla que durante el día se está consciente y que por lo tanto, hay otras maneras o mecanismos para relajarse o distraerse. "Por la noche, no tenemos el control cuando estamos dormidos y por tanto, cerramos la boca con fuerza".