Cada vez está más claro. Para reducir los niveles de inflamación en todo el cuerpo, retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con la edad y vivir más tiempo, hay que comer menos. Esa es la conclusión de un nuevo estudio realizado por científicos americanos y chinos en la que supone la investigación más detallada sobre los efectos celulares de una dieta restringida en calorías. El trabajo se ha desarrollado con ratones, y teniendo en cuenta toda la experiencia científica previa que ya ha concluido las ventajas de comer menos para mejorar la salud. 

El envejecimiento es actualmente el factor de mayor riesgo para el desarrollo de un gran número de enfermedades, como el cáncer, la demencia, la diabetes y el síndrome metabólico. Como decíamos, la ciencia ya ha demostrado que la restricción calórica es una de las intervenciones más efectivas contra estas enfermedades relacionadas con la edad. Se sabe que las células, a nivel individual, experimentan muchos cambios a medida que el organismo envejece, aunque todavía hacían falta datos que explicasen cómo la restricción calórica podría influir en estos cambios.  

Verduras

En este nuevo estudio se compara dos grupos de ratones. El primero de ellos recibía una dieta concreta y el segundo otra con un 30 por ciento menos de calorías. Se les realizó un seguimiento desde que tenían 18 meses de vida hasta los 27 meses, lo que equivaldría en humanos a una edad desde los 50 hasta los 70 años. 

Tanto al comienzo como al final de la dieta, el equipo de expertos aisló y analizó un total de 168.703 células de 40 tipos de células de los animales. Las células provenían de tejidos grasos, hígado, riñón, aorta, piel, médula ósea, cerebro y músculo. En cada célula aislada, los investigadores utilizaron tecnología de secuenciación genética de células individuales para medir los niveles de actividad de los genes. También observaron la composición general de los tipos celulares dentro de cualquier tejido dado. Además, compararon ratones viejos y jóvenes con cada una de las dietas.  

Los resultados mostraron que buena parte de los cambios celulares que experimentan las células al envejecer y que se pudo observar en el primer grupo de ratones, no se produjo en el segundo que llevó a cabo la restricción calórica. Incluso en la vejez, muchos de los tejidos y células en el segundo grupo se parecían mucho a los de los ratones jóvenes. 

Los científicos concluyen que aproximadamente el 57 por ciento de los cambios relacionados con la edad en la composición celular observados en los tejidos de los ratones en una dieta normal no estaban presentes en los roedores en la dieta restringida en calorías. Algunas de las células y genes que experimentaron más cambios con la dieta normal están relacionados con la inmunidad, la inflamación y el metabolismo de las grasas. 

Dieta Unsplash

El número de células inmunes en casi todos los tejidos estudiados aumentó dramáticamente a medida que los ratones del primer grupo envejeció, pero no se vio afectado por la edad en roedores con calorías restringidas. En el tejido adiposo marrón, uno de los dos tipos de tejido adiposo, una dieta restringida en calorías revirtió los niveles de expresión de muchos genes antiinflamatorios a los observados en animales jóvenes. Por lo tanto, el estado de sus células a medida que envejecemos depende claramente de los hábitos de vida, especialmente de qué y cuánto comemos.