Algunas variaciones en el gen LPHN3, relacionado con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños y adultos, podrían favorecer la predisposición a consumir tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias adictivas. Así lo apunta un estudio norteamericano publicado en la revista Translational Psychiatry, del grupo editorial Nature.

El TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la infancia y adolescencia y se caracteriza por la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención en los afectados. Uno de los genes relacionados con la susceptibilidad en el TDAH es el gen LPHN3, que codifica la proteína latrofilina 3.

En el nuevo trabajo, los expertos han aplicado un método estadístico innovador que integra información clínica, demográfica y genética sobre un trastorno para predecir otro trastorno que se presenta de forma concurrente, como la adicción en el tabaco, el alcohol, la cocaína, el cannabis o la marihuana, entre otros.

Un 40% más de riesgo de dependencia al tabaco

Las conclusiones del estudio apuntan que, dentro del grupo de afectados españoles por TDAH, una variación concreta en el gen LPHN3 aumenta un 40% el riesgo de dependencia en la nicotina. Según los expertos, los resultados son similares en el caso del alcohol y las drogas ilegales, que se han estudiado de manera conjunta en el marco de la investigación.

Un 75% del TDAH tiene una base genética y el 25% restante es atribuible a factores ambientales que son muy variables, detallan los expertos. Por lo tanto, los factores externos también pueden ser relevantes en la manifestación de las conductas adictivas en los afectados por el TDAH. Por ejemplo, determinados estilos de vida o interacciones sociales pueden tener un papel importante.

El descubrimiento está basada en un estudio liderado por los expertos Mauricio Arcos Burgos y Maximilan Muenke, de los Institutos Nacionales de Salud de Bethesda, de los Estados Unidos, y se ha hecho con 2.700 pacientes de los Estados Unidos, Colombia y España. Han participado Bru Cormand y Noèlia Fernàndez, de la Facultad de Biología, el IBUB, el IRSJD y el CIBERER, así como Josep Antoni Ramos Quiroga y Marta Ribasés, del VHIR y el CIBERSAM, entre otros.