En los últimos cinco años, la que fuera una de las mejores modelos del mundo –Linda Evangelista– ha estado prácticamente desaparecida. Así como otras mujeres de su generación como Claudia Schiffer o Naomi Campbel han seguido trabajando y muy activas, ella se ha mantenido en el ostracismo.

Hace unos meses, salieron unas fotos de ella en la que se la veía francamente desmejorada y con un cuerpo y un rostro que poco se asemejan a los que la hicieron triunfar en los 90. Pero más allá de que cada uno evoluciona como quiere y de la tiranía de estas mujeres, que ya tienen más de 50 años, por tener que mantener sus cuerpos y sus rostros, lo que acaba de desvelar ha puesto el foco en las complicaciones que se pueden derivar de determinadas operaciones estéticas.

Porque lo que le ha ocurrido a Linda Evangelista es que, debido a una intervención estética llamada criolipolisis, su cuerpo ha tenido una reacción llamada hiperplasia adiposa paradójica, un crecimiento desmesurado de las células grasas, que le ha deformado completamente su rostro. Así lo ha explicado ella en una publicación en su Instagram particular.

Top models años 90

“Hoy doy un gran paso para enmendar un mal que he sufrido y me he guardado para mí durante más de cinco años”, comienza la exmodelo canadiense, de 56 años. “Para mis seguidores, que se han preguntado por qué no he estado trabajando mientras las carreras de mis compañeras han prosperado, la razón es que fui brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo contrario de lo que prometió”, prosigue. “Aumentó, no disminuyó, mis células grasas y me dejó permanentemente deformada incluso después de someterme a dos cirugías correctivas dolorosas e infructuosas. Me han dejado, como describieron los medios, 'irreconocible'”.

Evangelista revela lo que le ha ocurrido: “He desarrollado hiperplasia adiposa paradójica o PAH, un riesgo del que no me enteré antes de someterme a los procedimientos. La PAH no solo ha destruido mi sustento, me ha provocado un ciclo de profunda depresión, profunda tristeza y el más profundo autodesprecio. En el proceso, me he convertido en una reclusa. Con esta demanda, estoy avanzando para deshacerme de mi vergüenza y hacer pública mi historia ". Y por último, concluye, "estoy tan cansada de vivir de esta manera. Me gustaría salir por la puerta con la cabeza en alto, a pesar de que ya no me veo como yo".

La técnica no invasiva a la que se sometió la modelo, la criolipólisis, consiste en la reducción de grasa mediante un proceso de congelación. Pero en ocasiones, se puede producir esta complicación, la PAH, que consiste en el desarrollo de un área endurecida de grasa localizada después del procedimiento, provocando masas duras en las zonas en las que se que se pretendía precisamente la eliminación de estas células.

No es muy común, tiene una incidencia del 0,025%, según el fabricante del dispositivo, aunque según este estudio publicado en la revista Plastic and Reconstructive Surgery, la incidencia de hiperplasia adiposa paradójica es del 0,72%, o aproximadamente uno de cada 138 tratamientos con criolipólisis.