Según un nuevo estudio, los adolescentes que duermen menos de lo que es saludable pueden ser más propensos a experimentar una mala salud mental en la vejez. En un artículo publicado en el Journal of Child Psychology and Psychiatry, los investigadores analizaron la calidad y cantidad de sueño de los adolescentes y descubrieron que había una relación significativa entre el sueño deficiente y los problemas de salud mental.
El equipo, con sede en la Universidad de Reading, y en las universidades Goldsmiths y Flinders, descubrió que entre los 4790 participantes, aquellos que experimentaron depresión informaron de mala calidad y cantidad de sueño, mientras que aquellos con ansiedad solo tenían una mala calidad de sueño, en comparación con los adolescentes que no tenían ansiedad o depresión.
Según los autores del estudio, esta investigación es otra evidencia que muestra que existe un vínculo significativo entre el sueño y la salud mental en los adolescentes. Destaca que aquellos jóvenes que han experimentado depresión y ansiedad han experimentado una abrumadora falta de sueño durante la adolescencia.
Se les pidió a los adolescentes que informaran sobre la calidad y cantidad del sueño durante una serie de problemas, y los investigadores descubrieron que el grupo de control de adolescentes dormía en promedio alrededor de ocho horas por noche en las noches escolares y un poco más de nueve horas y media los fines de semana. Mientras que el grupo que tenía un diagnóstico depresivo dormía menos de siete horas y media entre semana y un poco más de nueve horas los fines de semana.
Se recomienda que los adolescentes de entre 14 y 17 años duerman alrededor de 8-10 horas cada noche. Sin embargo, el grupo con depresión durmió unas tres horas y media menos de sueño a la semana que sus compañeros del estudio.
En opinión de los investigadores, “lo que estamos viendo ahora es que la relación entre el sueño y la salud mental para los adolescentes es un camino de ida y vuelta. Si bien los malos hábitos de sueño están asociados con una peor salud mental, también estamos viendo cómo abordar el sueño de los jóvenes con depresión y ansiedad puede tener un gran impacto en su bienestar”. A pesar de todo, es importante tener en cuenta que el número de jóvenes que revelan estar pasando por ansiedad y depresión sigue siendo bajo en general.
Entre las conclusiones del estudio, se desvela que dormir mal durante la adolescencia puede convertirse en una bifurcación en el camino, donde la salud mental de un adolescente puede deteriorarse si no se trata. Afortunadamente, hay intervenciones de sueño disponibles para escuelas y familias individuales. Unas terapias que pueden colocar a los adolescentes nuevamente en el buen camino hacia un sueño saludable.