En el mundo de la dietética, hay diversas corrientes. Los hay que abogan por una dieta alta en grasas y baja en hidratos de carbono, mientras que otros promulgan un equilibrio que inculque buenos hábitos. Una dieta alta en grasas, como la cetogénica, puede ser muy útil en determinados casos, pero una reciente investigación acaba de arrojar dudas acerca de ese tipo de alimentación.

Según este estudio publicado en The Journal of Physiology que refleja un experimento realizado en ratas, cuando a estas se les proporciona una dieta alta en grasas, se altera el reloj biológico en su cerebro que normalmente controla la saciedad, lo que puede llevar a comer en exceso y a obesidad.

Siempre se ha defendido que el hipotálamo, un área dentro del cerebro que controla producción de hormonas y un sinfín de procesos corporales, era el que controlaba el reloj biológico. Sin embargo, investigaciones posteriores aclararon que existen otras zonas de nuestro organismo que también influyen en estas cuestiones, entre las que se encuentra un grupo de neuronas en el antiguo tronco cerebral evolutivo, llamado el complejo vagal dorsal (DVC).

Los expertos de la Universidad Jagellónica de Cracovia en colaboración con la Universidad de Brístol llevaron a cabo una prueba con dos grupos de ratas: unas alimentadas con una dieta de control bien equilibrada (10% de kcal de grasa) y otras con una dieta alta en grasa (70% de kcal de grasa).

Quesos

Para imitar el impacto de una dieta poco saludable en los seres humanos, los investigadores introdujeron la nueva dieta en ratas adolescentes (de 4 semanas de edad) y controlaron su ingesta de alimentos durante 24 horas durante cuatro semanas consecutivas.

Se realizaron grabaciones electrofisiológicas para medir cómo cambia la actividad neuronal DVC a lo largo de 24 h. El uso de matrices de electrodos múltiples permitió la monitorización simultánea de alrededor de un centenar de neuronas DVC de cada corte del tronco encefálico. Esto permitió a los investigadores evaluar los cambios circadianos de la actividad neuronal, así como las respuestas neuronales a las hormonas metabólicamente relevantes en cada uno de los grupos de dieta.

Este estudio abre nuevas oportunidades de investigación para tratar de establecer la estrategia acerca de cómo restaurar la función del reloj corporal del DVC y, por lo tanto, ayudar a abordar la obesidad. Según el Dr. Lukasz Chrobok, primer autor del estudio, “estoy muy entusiasmado con esta investigación debido a las posibilidades que abre para abordar el creciente problema de salud de la obesidad. Todavía no sabemos cuáles son las señales de tiempo que pueden restablecer o sincronizar el reloj del tronco encefálico. Con suerte, la restauración de los ritmos diarios en este centro de saciedad antes o después del inicio de la obesidad puede brindar nuevas oportunidades terapéuticas”.