En el sexo no se pueden establecer máximas. Cada pareja encuentra sus códigos, su forma de excitarse, sus mejores posturas… a menos que exista un problema por parte de alguno de los miembros o de los dos, cada uno debe buscar aquello que más le satisfaga y no hay porque reducirse a un tiempo o una postura determinada. Sin embargo, precisamente a las parejas el tema de la duración del acto sexual suele ser una cuestión que les preocupa, al menos así lo demuestran en las terapias. ¿Y si es demasiado corto o demasiado largo? ¿Qué es mejor? ¿Lo estamos haciendo bien?

Algunos estudios que se han realizado, como esta encuesta en Estados Unidos, calculan de media cuánto dura una sesión de sexo típica para la mayoría de las personas. La respuesta media, tras haber preguntado a más de 2.000 adultos, es de 28 minutos. Pero algunos terapeutas se niegan a concretar minutos y creen que la duración puede variar enormemente de una pareja a otra. Lo cierto es que la mayor parte de los estudios sitúan entre los nueve y 12 minutos el tiempo más preciso para la duración promedio de las relaciones sexuales.

Es importante tener en cuenta que los preliminares tienen un papel esencial. Algunas parejas dedican mucho tiempo a este tipo de juegos que sirven para aumentar la excitación y pueden estar mucho tiempo hasta comenzar el coito propiamente dicho. Pero otras prefieren ser más directas. En otra encuesta llevada a cabo por una compañía de juguetes sexuales a más de 4.400 clientes concluyeron que para la mayoría de las parejas, el sexo dura un promedio de 19 minutos y consistía en 10 minutos de juego previo y nueve minutos de coito real.

Pareja en el suelo

Los expertos sí que constatan una cuestión. Debido al auge de la pornografía tras la aparición de Internet, muchos jóvenes tienen una concepción errónea de lo que duran las relaciones. Los actores pueden tirarse muchísimo tiempo practicando un coito, pero lo cierto es que tiene que ver poco con la realidad. De hecho, es importante hablar con los jóvenes en este sentido, porque en ocasiones han visto tanto porno que tienen una idea distorsionada de lo que son las relaciones. Los profesionales parecen auténticos atletas olímpicos del sexo, con cuerpos perfectos y una capacidad de mantenerse activos en el coito que no tiene mucho que ver con la realidad.

Lo importante es, en cualquier caso, estar satisfecho con la vida sexual. Si los miembros de la pareja terminan relajados y conectados, no importa cuánto tiempo haya durado. Pero si uno de los miembros piensa que el tiempo que pasa en la cama es demasiado corto o se queda en cierta manera insatisfecho, existen una serie de pautas que pueden ayudarle a mejorar en este sentido. Y los preliminares en este caso son importantes, porque pueden ayudar a lograr una mayor excitación y si se hacen bien son muy placenteros. Las caricias, los besos, las palabras, los juegos… A veces cuesta ponerse a ello cuando ya se tiene una rutina establecida en la pareja, pero todo es cuestión de hablarlo en confianza y que cada uno exprese lo que siente y lo que gustaría practicar. En cualquier caso, lo mejor es acudir a un terapeuta sexual que ayude a disfrutar de una manera más prolongada del coito.

En definitiva, el sexo es diferente para todos. Disfrutar es lo que importa, no tratar de competir por durar más.