Una conocida marca de cava patentó hace años el anuncio de las burbujas de Navidad. Un concepto que en estas primeras fiestas pandémicas toma un nuevo significado. El Govern ha aprobado un plan con medidas específicas parar una Navidad anti-Covid, que se aplicará entre el 24 de diciembre y el 6 de enero independientemente de las fases de desescalada y la evolución de los indicadores epidemiológicos sobre el coronavirus. Sin embargo, el actual presidente en funciones Pere Aragonès advierte a los catalanes: "No nos podemos relajar".

Los datos han empeorado los últimos dos días, situando la RT al borde de cifra que pone en riesgo el salto de tramo en la desescalada. La aceleración de la velocidad de contagio llega a las puertas del puente de la Purísima. Visto el repunte, el Govern apurará al máximo hasta tomar la decisión sobre el paso a fase 2 de este lunes, que tendría que comunicarse en las próximas horas.

Desde el gobierno catalán quieren evitar que el anuncio de relajación de restricciones lleve a los catalanes a bajar la guardia. Por eso piden prudencia y corresponsabilidad a la ciudadanía. Repiten el mismo mensaje cada vez que tienen ocasión. Esta tarde, nuevamente, durante la inauguración de uno hacia l'Hospitalet, Aragonès ha rogado a la ciudadanía que aporten su "grano de arena". En otras palabras pero con el mismo fondo se ha expresado la consellera de Salud. "El mensaje principal que queremos dar es que hay que seguir reduciendo la movilidad y las interacciones sociales todo el que podamos".

Una Navidad diferente

Desde el día que anunciaron el programa de reapertura de la actividad, que perpetúa el toque de queda a las 10 de la noche sine die, varios miembros del ejecutivo admitían en público y en privado que por Navidad habría que suavizar restricciones. Por el bien de la salud mental de todos. La gran novedad del plan anunciado hoy es que en las fechas señaladas se estira el horario de reclusión forzosa de la ciudadanía. Hasta la una y media las noches del 24 y el 31 de diciembre y hasta las once la víspera de Reyes.

En la mesa, podrán sentarse hasta 10 comensales, contando también a las criaturas. De hecho, este punto es el que menos varía, ya que el plan de desescalada en cuatro fases diseñado por la Generalitat ya preveía que las reuniones pudieran ser de hasta 10 personas a partir del 21 de diciembre. La diferencia es que ahora, eso será así aunque la situación de la pandemia empeore los días antes de Navidad.

A partir de aquí, el resto son recomendaciones: que en cada celebración sólo se reúnan dos burbujas de convivencia, que a lo largo de las fiestas de Navidad, cada burbuja se relacione sólo con dos burbujas más o que se ventile siempre aunque haga frío.

La RT repunta una semana después de reabrir actividades

El lunes 23 de noviembre, con el arranque del primer tramo de la desescalada, la actividad económica volvió a funcionar con la reapertura parcial de la restauración, los gimnasios y la cultura. Una semana y media después, la relajación de las medidas se traslada a los indicadores epidemiológicos, tal como se imaginaba que pasaría el Departamento de Salud.

Hace dos días que crece la RT -la velocidad de transmisión. Este miércoles se sitúa en 0,89, el límite que obligaría a frenar el paso a una nueva fase. Según fijó a la Generalitat, sólo se puede avanzar si se está por debajo de 0,9 -es decir, que por cada 100 infectados se contagian 90 más-. Con todo, la consellera Vergès hace un llamamiento a la calma. Hace 24 horas explicaba que ya esperaban que eso pasara y confiaba en que no habría sorpresas, que el lunes 7 de diciembre se podrá pasar a fase 2. Hoy, sin embargo, ha sido más prudente. "Lo estudiará el Procicat", ha afirmado.