Una nueva investigación del laboratorio de Gary Whittaker, profesor de virología en el Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), ha revelado información clave sobre la variante hermana más antigua de ómicron, alfa, que surgió a finales de 2020. La mutación que dio origen a alfa en primer lugar es muy similar a la que creó a ómicron, pero con resultados muy diferentes en cuanto a la gravedad de cada una. 

Los científicos detrás de esta investigación, que se ha publicado en la revista Science, observaron una importante mutación en una región clave de la proteína de la espiga de alfa, denominada sitio de escisión de la furina. Se cree que este sitio es el punto de donde proviene gran parte de la virulencia del virus.

Misma mutación 

Sin embargo, "en realidad resultó ser relativamente intrascendente", apunta Whittaker. Aunque alfa tenía una mutación notable en el sitio de escisión de la furina, tenía poco efecto en su capacidad para infectar células y causar enfermedades.

Así, alfa y ómicron comparten la misma mutación en el sitio de escisión de la furina, y en un fondo genético diferente esto puede explicar por qué la última cepa se propaga a gran velocidad, pero causa una enfermedad menos grave, según los últimos estudios. "Ómicron tiene muchas de las mismas características que alfa. Así que lo que hemos aprendido sobre el alfa nos ayuda a entender ómicron y las posibles variantes futuras", relata Whittaker.

La sacudida de delta  

A pesar de que alfa pasó desapercibida en muchos países, su llegada fue importante desde el punto de vista científico. Fue la primera mutación relevante del virus que se produjo en el sitio de escisión de la furina. Sin embargo, este cambio en alfa no supuso una gran diferencia en el impacto de la variante como enfermedad: fue necesaria la llegada de delta, que presentaba una mutación diferente en ese mismo sitio, para convertir al virus en un arma más letal.

La evidencia científica ha demostrado que, aunque la variante ómicron es muy contagiosa, es mucho menos dañina. "Ómicron volvió a la casilla de salida. Volvió al mismo cambio genético en el sitio de escisión de la furina que tenía la alfa. Esencialmente, dio un gran paso atrás en su trayectoria evolutiva como agente patógeno", explica Whittaker.

Menos mortal 

Esto ha sido más evidente en la capacidad de la variante para causar la fusión de célula a célula, un signo revelador que se utiliza para determinar la capacidad del virus para causar virulencia en su huésped. "Alfa hace que las células se fusionen. Delta fusionaba incluso más las células.... pero luego llega ómicron, y sus células huésped no se fusionan en absoluto. Ha retrocedido por completo", detalla el científico.

Si los sitios de escisión de furina de alfa y ómicron eran esencialmente los mismos, ¿por qué alfa era una variante más mortal que ómicron? La respuesta debe estar en otra parte de la composición genética de estas variantes, que los científicos esperan poder detallar en el futuro.