Las UCI y las plantas de los hospitales catalanes experimentan  un ligero respiro de la presión a la cual han estado sometidas en las últimas semanas por la quinta ola. En los dos casos se han registrado altas durante la jornada anterior. Las hospitalizaciones han caído por segundo día consecutivo hasta 2.148, 78 menos que el día antes. El número de ingresados en las UCI también baja, de 589 a 581. Siguen siendo números totales altos, pero puede ser el principio de una nueva tendencia.

Desde el Departament de Salut hace días que se anuncia que la reducción de la presión sobre el sistema sanitario se aproxima. La evolución de la quinta ola sigue un patrón ya observado en sus antecesoras: la caída de los contagios tarda unas semanas en manifestarse en los hospitales.

Con respecto a la mortalidad, se mantiene en los niveles de los últimos días. Ayer se notificó la muerte de 28 personas por covid. Se trata de una cifra alta para la quinta ola, pero relativamente pequeña en comparación con el número de muertes diarias que se han llegado a registrar en las olas pasadas.

Calma en el descenso

El resto de indicadores epidemiológicos siguen tranquilamente su lento descenso, el cual parece imperturbable a estas alturas. El número de contagios diarios se estabiliza en torno a los más de 3.000 al día, concretamente  3.850 en las últimas horas. Puede parece una cifra alta, pero queda lejos de las marcas que se han batido durante esta ola.

Tanto el riesgo de rebrote como el Rt continúan su tendencia descendente. El riesgo de rebrote se sitúa en 602 puntos, casi 20 menos que el día anterior, y el Rt baja una centésima hasta 0,74 puntos, manteniéndose un día más por debajo de 1, es decir, indicando el decrecimiento de esta ola.

La incidencia acumulada a 14 días (IA14) sigue siendo muy alta, pero sigue bajando imparablemente. Ha pasado de 860,96 casos por cada 100.000 habitantes a 830,84 casos.

Vacunación a buen ritmo

La campaña de vacunación sigue en pleno agosto. Ayer se administraron 43.636 primeras dosis y 11.667 segundas dosis, revirtiendo así la tendencia de poner más segundas dosis que primeras, lo cual responde a la estrategia de vacunación de Salut que pretende priorizar que las personas más vulnerables durante esta ola tengan la pauta completa.

En Catalunya ya hay 4.588.363 personas con la pauta de vacunación completa, lo que supone un 58% de la población. Se trata de una cifra positiva que se aproxima al objetivo principal de la vacunación: conseguir la inmunidad de grupo.

Este objetivo tan preciado se puede retrasar si los ciudadanos priorizan sus vacaciones a asistir a la cita de la segunda dosis, una situación que se está dando por todo el territorio. El Departament de Salut está intentando redistribuir las existencias de vacunas para facilitar que las personas que tienen cita y no están en su lugar habitual de residencia, puedan ir al centro de vacunación que tengan más próximo al lugar donde están pasando las vacaciones.

Para poder llegar a la inmunidad colectiva no solo se ha pedido a la ciudadanía que acuda a sus citas de vacunación, sino que se ha abierto una nueva franja de edad que puede acceder a las vacunas: los jóvenes de 12 y 15 años.

Nuevos criterios para el toque de queda

El Govern ha decidido endurecer el criterio de aplicación del toque de queda en las localidades de toda Catalunya. Hasta ahora, los municipios con más de 5.000 habitantes que tuvieran una incidencia acumulada a 7 días (IA7) superior a los 400 casos por 100.000 habitantes entraban en la lista de municipios con confinamiento nocturno. Ahora, para entrar en esta categoría solo hará falta ser una localidad con más de 5.000 habitantes y contar con una IA7 de más de 250 casos. En total, la lista crecerá hasta 176 municipios con toque de queda.

Si bien el número de contagios y la mayoría de los indicadores sigue cayendo día tras día, la situación en muchos municipios catalanes sigue siendo preocupante. En concreto, las más afectadas están siendo las localidades costeras, con algunas excepciones en el interior.

 

Imagen principal: Una mujer espera después de ser vacunada en La Farga de l'Hospitalet / Sergi Alcàzar