Emmanuel Macron iba en serio cuando dijo que su intención era joder a los no vacunados. Con estas palabras, que generaron mucha polémica, el presidente francés avisó a los ciudadanos que no ponerse la vacuna contra el coronavirus tendría aún más repercusiones en su vida social en los próximos días. Dicho y hecho. En las últimas horas, Francia ha aprobado el pasaporte vacunatorio que impondrá restricciones a las personas que no quieran inmunizarse contra la covid. 

5 millones sin vacunar 

Esta nueva ley, aprobada después de un intenso trámite parlamentario, sustituye el anterior pasaporte sanitario (vacunas o test negativo) por uno basado exclusivamente en la inmunización con tres dosis o dos más certificado de curación de covid. En Francia, la tercera dosis de la vacuna está abierta a toda la población mayor de edad desde hace meses. La normativa no es más que otro intento de forzar la vacunación de los cinco millones de franceses que aún se oponen a ella. 

La variante ómicron también ha provocado estragos en Francia. Con cifras de récord (300.000 casos diarios), los no vacunados representan la mayoría de contagiados que han tenido que ingresar en los hospitales por formas graves del virus. Ahora, el Gobierno quiere que la ley entre en vigor esta misma semana para intentar contener lo antes posible la sexta ola. 

Recurso de los socialistas 

"Con el pasaporte de vacunas, Francia se dota de una nueva herramienta para proteger a sus ciudadanos", afirmó tras la votación el ministro de Sanidad, Olivier Véran, que no pudo participar en los debates de los últimos días tras anunciar su positivo por covid el pasado jueves. Sin embargo, los diputados socialistas anunciaron que presentarán un recurso al Consejo Constitucional para "garantizar las libertades fundamentales", lo que puede retrasar varios días el inicio de la aplicación de la nueva medida.

Los detalles de la normativa 

Con esta nueva ley, solo quienes tengan una pauta de vacunación completa con tres dosis, dos dosis con una certificación de superación  de la enfermedad en los últimos seis meses, o dispongan de una exención médica de la vacuna, podrán entrar en lugares culturales como cines, teatros o museos. Ocurre lo mismo con la entrada en los grandes centros comerciales, igual que a cafés, bares, restaurantes o salas deportivas, así como en el acceso a los transportes públicos de media y larga distancia.

Con su aprobación, la Asamblea Nacional ha restablecido el principio, que había sido eliminado por el Senado, de que las empresas de los sectores afectados puedan pedir un documento de identificación con fotografía de las personas sospechosas de llevar un pasaporte que no sea suyo. Además, también aumentan las sanciones a quienes sean sorprendidos con un pasaporte de vacunas falso, que podrán ser condenadas aun máximo de cinco años de cárcel y 75.000 euros de multa para quienes tengan varios documentos falsificados.

Reacciones 

La ley ha recibido protestas en las calles, pero no de gran amplitud. Algo más de 50.000 personas se congregaron en toda Francia durante el fin de semana. En la de París, convocada por un pequeño partido ultraderechista, Los Patriotas, hubo agresiones a dos periodistas y saludos fascistas, según ha denunciado el ministro del Interior, Gérald Darmanin.