Los datos del ministerio de Agricultura sobre la compra de alimentos realizados en la semana previa y la posterior a la declaración del estado de alarma por el coronavirus muestran unas tendencias en el consumo peculiares en tiempo de confinamiento. Junto al crecimiento de alimentos básicos que se disparó desde un primer momento, la segunda semana dio pie también a un notable crecimiento en la compra de bebidas alcohólicas, cervezas y tabletas de chocolate. Todo para superar el confinamiento.

Según estos datos del ministerio, comparados los del año pasado, el consumo se disparó hasta un 29,8% en la semana previa a la declaración del estado de alarma, entre el 9 y 15 de marzo, cuando se registraron imágenes de compras masivas en supermercados. El crecimiento de la compra de alimentos se mantuvo aunque con menos intensidad, con un 10,9% más, la semana siguiente, dado que el almacenamiento de la primera semana hizo innecesario mantener la intensidad en la segunda.

No obstante, no todos los productos analizados por el ministerio se han visto afectados por igual. Ni las dos semanas las necesidades han sido las mismas.

Después de las imágenes de compras compulsivas en supermercados, previas al primer decreto, donde se disparó el consumo de alimentos básicos, la semana siguiente relajó el crecimiento en la compra de la mayor parte de estos productos básicos. Hay, sin embargo, excepciones. Es el caso de las harinas y sémolas, cuya venta se disparó la primera semana, con un 147% más que el año pasado, y siguieron subiendo hasta el 196% la segunda.

Pero también las tabletas de chocolate, y algunas bebidas alcohólicas, que con el confinamiento parece que todavía se han hecho más necesarias para los consumidores. Las tabletas de chocolate crecieron, un 10% la primera semana, y un 33%, la segunda. Lo que el ministerio describe como bebidas espiritosas, y donde se agrupan los alcoholes destilados, crecieron un 21% la primera semana, en relación al año pasado, y siete días después subieron hasta un 58% más, mientras que las cervezas, aumentaron un 23,3% la primera semana y un 35%, la siguiente.

Desde Agricultura se destaca también el crecimiento de snacks y frutos secos, con un 16 y un 15% de crecimiento, en las dos semanas sucesivas.

Curiosamente, fente a la práctica totalidad los productos que se han disparado, hay dos alimentos que no sólo no crecieron la primera semana, sino que cayeron en consumo en relación al año anterior: la carne de oveja (-15%) y la fruta fresca (-1,6%). Esta tendencia se acentuó todavía más la segunda semana en el caso del ovino (-25%) y se recuperó con la fruta, que creció un 8% en relación al consumo del año pasado.

Entre los datos del ministerio figuran alimentos que se dispararon la primera semana y que han continuado con un nivel muy alto, a pesar de que más moderado, la segunda como son las legumbres, arroz y pasta.

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En cambio productos que se dispararon en un primer momento, como las conservas de pescado y molusco (82,1%), el aceite (97%), o la leche y derivados (49,9%), recuperaron en una semana el mismo nivel -o prácticamente- que el año anterior. Incluso, algunos han bajado por debajo del año pasado, como las bebidas envasadas o las gaseosas, que crecieron un 38,8 y un 14,2 y al cabo de una semana se han vendido un 1% menos que en el 2019.

Por territorios, donde más se disparó el consumo fue en Extremadura, que la primera semana adquirió un 63% más productos de alimentación que el año anterior y Cantabria, 54,3% más. Quien menos consumió, Castilla y León, un 13,6% la primera semana que ha caído en relación al año pasado un 8,0% en la segunda.