A la espera de cualquier tipo de medidas que tomen las autoridades sanitarias, la llegada de la Navidad y las celebraciones familiares ha despertado la inquietud de la comunidad médica ante una posible relajación en las medidas de seguridad frente a posibles contagios de la Covid-19. Por eso, no está de más teniendo en cuenta el aumento en el número de casos de contagio con la variante ómicron que hay que extremar aún más si cabe las precauciones, porque se estima que hasta un 45% de los rebrotes que se han registrado desde que comenzó la desescalada se han originado en reuniones familiares o de amigos.

Para evitar estos nuevos contagios, tanto los invitados como los anfitriones de las reuniones deben ser conscientes de la necesidad de que hay que estar alerta en todo momento. No se debe celebrar ninguna reunión si alguno de los invitados o anfitriones tiene síntomas. En este caso, deberán contactar con los teléfonos habilitados para ello e informar a las autoridades sanitarias para que valoren la posibilidad de realizar la prueba.

Antes de la llegada, los organizadores de la celebración deben pensar cuántas personas pueden estar en la mesa manteniendo las distancias de seguridad. Siempre es preferible que las reuniones se hagan en lugares con ventilación continua o incluso al aire libre si quedamos en una terraza y, si se puede, minimizar al máximo posible el tiempo para reducir la posible exposición al virus. Es decir, si quedamos con alguien para comer, no alargar mucho la sobremesa o si, por ejemplo, vamos a visitar a un familiar, no estar todo el día en la misma casa.

Teniendo en cuenta el momento tan delicado, se aconseja evitar en la medida de lo posible los abrazos y besos. Es adecuado lavarse las manos al entrar con gel hidroalcohólico o agua y jabón y se aconseja mantener la mascarilla y la distancia siempre que sea posible, retirándosela y guardándola en un sobre de papel o bolsa de tela individual cuando se vaya a consumir alimentos o cuando sea imprescindible.

A la hora de poner la mesa, una buena idea es que solo sea una persona la encargada, sin síntomas y habiéndose realizado previamente una buena higiene de manos. Además, los platos deben servirse individualmente y se puede asignar una persona encargada de repartir el agua o los alimentos para no compartir los cubiertos de servir. Por último, sería aconsejable volver a ponerse de nuevo la mascarilla durante toda la sobremesa.

En este vídeo del Consejo General de Enfermería se pueden ver algunos consejos para saber cuál es el mejor modo de hacer este tipo de encuentros.