Los registros civiles de Catalunya inscribieron durante todo el año 2020 un total de 79.778 defunciones, un 21,9% más que las 65.406 del 2019. Este incremento de 14.372 muertes se debe casi totalmente a la Covid-19, que oficialmente provocó poco más de 17.000 muertes en Catalunya.

La reducción de otras causas de mortalidad como accidentes de tráfico, laborales o de otros tipos, homicidios o de las causas naturales, puede explicar la diferencia entre los muertos por Covid y el incremento total de mortalidad. También se han reducido otros tipos de infecciones respiratorias agudas gracias al confinamiento y a las mascarillas.

El confinamiento ha hecho reducir otras causas de muerte

Algunos expertos explican que el confinamiento ha hecho reducir algunos de los riesgos de causas naturales de muerte como infartos o ictus, como el estrés laboral, la contaminación atmosférica, la alimentación o la actividad física.

Estos datos absolutos de los registros civiles, a los cuales ha tenido acceso la ACN, se pueden contextualizar con la monitorización de la mortalidad que hace el Instituto de Salud Carlos III. Según sus datos, en Catalunya, durante el 2020 se registraron cinco periodos de exceso de mortalidad.

La curva registrada desde diciembre del 2019 hasta a principios de marzo del 2020 era muy similar a la esperada en función de las variables de años anteriores, con unos 200 muertos cada día. Pero la expansión de la Covid hizo llegar a 650 los muertos diarios entre finales de marzo y principios de abril.

Las muertes por franjas de edad

Entre el 13 de marzo y el 8 de mayo se murieron 21.834 personas, delante de las 9.906 previstas, casi 12.000 de diferencia. El exceso de mortalidad fue del 120%, 136% en el caso de las mujeres. Por edades, los menores de 65 años registraron un 46% más de la mortalidad habitual. Los de 65 a 74 años doblaron la mortalidad, y los mayores de 74 años registraron un exceso del 140% de la mortalidad habitual en esta época, con 17.240 muertes ante los 7.184 previstos.

El crecimiento fue exponencial, y el descenso también fue pronunciado, pero no tanto, hasta mediados de mayo, cuando la cifra volvió a estabilizarse en menos 200 defunciones diarias, que son el esperable en primavera.

Los muertos volvieron a superar los 200 diarios y la media esperable entre finales de julio y principios de agosto. Entre el 8 y el 28 de agosto se produjo un 15% más de muertes de las esperadas, 3.690 delante de 3.212.

Las cifras siguieron la media de años anteriores hasta al principio de octubre, cuando volvió a subir hasta llegar a los 250 muertos diarios a finales de noviembre y principios de diciembre. Del 6 de octubre al 19 de diciembre, durante la segunda ola, el incremento de muertes fue del 22%, pasando de 12.876 por término medio a 15.972 registrados este 2020. A mediados de diciembre la curva se volvió a acercar a la media, y desde entonces está por debajo.