Pasan los días y cada vez son más las voces de catalanes y catalanas que se visibilizan por todo el mundo, pidiendo ayuda a las diferentes instituciones para encontrar una fórmula para poder volver a Catalunya y pasar el confinamiento en casa. Ayer os explicábamos el caso de tres jóvenes que se encontraban atrapados en Filipinas, y hoy conocemos el caso de cuatro catalanes atrapados en Australia: Marc, Esther, Berta y Laura.

Marc Saavedra y Esther Parra, desde Perth

Marc y Esther son de Barcelona y desde hace siete meses viven en Perth. Ahora se han quedado sin trabajo, porque el hotel donde trabajaban ha cerrado por la crisis del Covid-19. La pareja explica que encontrarse en un país tan caro y vivir sin ingresos es una dificultad con la que no se esperaban encontrar, por eso, piden ayuda para poder volver, junto con "más de 300 españoles con los que estamos en contacto y se encuentran en la misma situación".

"Los vuelos que encontramos son a partir de 11.000 dólares", cuenta Marc

 

Berta Sala, desde Brisbane

El caso de Berta es uno poco diferente. Sala, de El Esquirol (Osona), se marchó a Australia para hacer la estancia del doctorado en Química Analítica y Medio Ambiente el pasado mes de febrero, justo hace un mes. El seguro que contrató no le cubre casos de pandemias —como la gran mayoría— así que, sintiéndolo mucho, ha tenido que hacer las maletas y comprarse un vuelo para el próximo lunes con la incertidumbre de no saber si podrá o no volver a casa.

 

Laura Boguñá, desde Brisbane

Laura, de Barcelona, hace dos meses que vive en Brisbane, donde estaba haciendo un curso de inglés. A pesar de considerar la situación complicada y de no saber si podrá volver con el vuelo que tiene asignado de vuelta, agradece el apoyo recibido por parte de miembros de la Generalitat, que, asegura: "Están haciendo un esfuerzo por hacernos sentir que estamos acompañados".

 

"Necesitamos volver a casa", dice Laura, que recuerda a la administración que, "aquí en la otra punta del mundo, también hay gente tirada". Unas voces que, desgraciadamente, no son pocas y que desean volver muy pronto para acabar de pasar la cuarentena en sus hogares con sus familias.