Caminar es una parte importante del estilo de vida que figura como base de la dieta mediterránea. Durante siglos, la gente del Mediterráneo se levantaba después de largas comidas y salía a caminar para estirar las piernas y, por qué no decirlo, para socializar un poco y encontrarse con vecinos. Esta podría ser una de las razones por las cuales los estudios han encontrado que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de diabetes, colesterol alto, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y algunos tipos de cáncer. Además, también fortalece los huesos, mejora la salud del cerebro y previene la demencia y la depresión. Ahora, tal como recoge un artículo de la cadena CNN, dar una vueltecita después de comer puede ayudar a reducir el nivel de azúcar en sangre.

No se necesita un gran paseo. Caminar solo entre dos y cinco minutos después de una comida podría ser suficiente, según destaca un estudio de la revista Sports Medicine. En este sentido, la investigación constata que ponerse de pie después de comer, cena o cualquier comida puede ayudar, pero no tanto como hacer el movimiento de caminar, detalla el coautor del estudio Aidan Buffey, estudiante de doctorado en el departamento de educación física y ciencias del deporte de la Universidad de Limerick, en Irlanda.

"Los descansos intermitentes para estar de pie a lo largo del día y después de las comidas redujeron la glucosa por término medio en un 9,51% en comparación de estar sentado por mucho tiempo. No obstante, caminar de forma intermitente con poca intensidad durante el día vio una mayor reducción de la glucosa en una media de 17,01% en comparación de estar sentado mucho tiempo". Buffey ha explicado en la cadena norteamericana. "Eso sugiere que interrumpir el hecho de estar sentado de forma prolongada con descansos de pie y caminatas ligeras a lo largo del día es beneficioso para los niveles de glucosa", ha añadido.

Estar de pie es bueno, pero andar es mejor

La investigación, publicada en febrero, analizó siete estudios que compararon el impacto de sentarse, detenerse y andar a los niveles de insulina y azúcar a la sangre del cuerpo. A las personas de los estudios se les pidió que se pusieran de pie o caminaran de dos a cinco minutos cada 20 a 30 minutos durante el transcurso de un día completo.

Estar de pie era mejor que dirigirse directamente al escritorio o al sofá para sentarse con respecto a los niveles de azúcar en la sangre, pero no ayudó a reducir la insulina en el torrente sanguíneo, encontró el análisis. No obstante, si las personas daban un paseo corto después de comer, los niveles de azúcar en la sangre subían y bajaban más gradualmente, y los niveles de insulina eran más estables que estar de pie o sentarse, anotó el estudio.

Evitar que los niveles de azúcar en la sangre se disparen es bueno para el cuerpo, ya que los picos grandes y las caídas rápidas pueden aumentar el riesgo de diabetes y enfermedades cardiacas, dicen los expertos. Los estudios han demostrado que los niveles de azúcar en la sangre aumentan entre 60 y 90 minutos después de comer, por lo cual es mejor ponerse en movimiento poco después de acabar una comida.

¿Cómo ayuda el movimiento? Los músculos necesitan glucosa para funcionar, de manera que el movimiento ayuda a eliminar los azúcares del torrente sanguíneo; esta es la razón por la cual muchos corredores dependen de la carga de carbohidratos antes de un maratón o una carrera, por ejemplo. Una razón más, pues, para activarse después de comer o para hacer pequeñas pausas durante el día.

 

Imagen principal: una chica anda / Unsplash