Los aceites de pescado son uno de los suplementos nutricionales más usados en todo el mundo. Se calcula, aunque no se puede determinar con exactitud, que casi el 8% de los adultos lo toman. Lo cierto es que los aceites extraídos de pescados grasos como las sardinas, las anchoas y la caballa proporcionan dos tipos de ácidos grasos omega 3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que ayudan a reducir la inflamación en el organismo, patología que está asociada con el envejecimiento prematuro y una serie de enfermedades como las cardiovasculares o inmunológicas.

Se ha demostrado que el aceite de pescado ayuda a aumentar el colesterol HDL (el bueno), reducir los triglicéridos, reducir la presión arterial, prevenir la formación de placas en las arterias y evitar el endurecimiento de las mismas. Un metaanálisis de septiembre de 2019 publicado en la revista JAHA concluyó que los omega 3 de origen marino reducen el riesgo de muerte por ataques cardíacos y enfermedades cardíacas.

Cuchara aceite pescado

Los beneficios del aceite de pescado son múltiples y corrigen males muy comunes

En las dietas occidentales es más común consumir ácidos grasos omega 6, que se encuentran en los aceites vegetales, como los aceites de maíz y girasol, que los ácidos grasos omega 3. Ese desequilibrio está relacionado con la baja densidad ósea tanto en hombres como en mujeres, pero con una mayor ingesta de omega 3 se puede revertir.

Otras investigaciones han demostrado también que el aceite de pescado puede ayudar a reducir el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad. Esta condición, que se vuelve más frecuente con el paso de los años, provoca una pérdida o distorsión del campo visual central. Consumido durante el embarazo, este suplemento nutricional puede ayudar a rebajar el riesgo de asma en los niños, así como reducir las alergias infantiles, aunque lo adecuado sería consultar con el médico.

En lo que al cerebro se refiere, el aceite de pescado mejora el rendimiento cognitivo en adultos sanos, tal y como se demostró en un estudio llevado a cabo entre personas comprendidas entre 51 y 72 en solo cinco semanas. La investigación también relacionó niveles más altos de omega 3 en sangre con un menor riesgo de depresión y ansiedad. Además, cuando se usa como complemento de las terapias antidepresivas estándar, la suplementación con aceite de pescado es beneficiosa en el tratamiento de la depresión en comparación con un placebo.

Cápsulas aceite de pescadoLas personas que sufren ansiedad o depresión pueden beneficiarse de la ingesta de aceite de pescado

También se ha relacionado la ingesta de omega 3 con la pérdida de grasa. Y también se ha demostrado que el aceite de pescado suplementario ralentiza la disminución normal de la masa muscular. Las grasas buenas del aceite de pescado también ayudan a estimular el crecimiento de proteínas musculares y a mejorar la masa muscular, incluso en personas mayores sedentarias. adultos y reforzar los aumentos en la fuerza muscular inducidos por el entrenamiento de resistencia. También puede tener un efecto indirecto sobre el control del peso, al estimular áreas del cerebro que controlan la ingesta de alimentos.