La pandemia por Covid-19 ha tenido un gran impacto en la salud física de las personas y ha provocado un elevado número de muertes en todo el mundo. Pero además, el aislamiento, la distancia social y la preocupación por evitar el contagio, ha afectado también a la salud mental tanto de la población general como de los profesionales sanitarios, por su papel activo en la lucha frente al virus. El Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) ha organizado recientemente un webinar en el que se ha debatido sobre este asunto.

Como explican desde ISFOS, “queremos contribuir a desestigmatizar la enfermedad mental a través de los profesionales y buscar soluciones para ayudar tanto a los pacientes como a sus familias. Desde que comenzara la pandemia, hemos visto cómo en muchas personas que ya presentaban un problema de este tipo, este se agravaba, pero además, son muchos también quienes por primera vez han experimentado los síntomas de la ansiedad, del estrés, la depresión… entre ellos, nuestros propios profesionales, que han tenido que enfrentarse a una lucha sin precedentes. Por ello, hoy hemos contado con expertos en la materia para, de un lado, dar a nuestras enfermeras las herramientas necesarias para detectar precozmente a aquellos pacientes que estén atravesando por algún tipo de problema de salud mental y, de otro, que si ellas mismas están sufriendo estos síntomas sean capaces de reconocerlo y acudir a un profesional para tratarlo lo antes posible”.

Según los expertos, llevamos meses viendo cómo los problemas de salud mental están aumentando entre la población, especialmente los trastornos de ansiedad y depresión, que lo han hecho en un 30%. En quienes ya presentaban síntomas, estos se han visto agravados, y al mismo tiempo hay cada vez un mayor número de personas en los que han aparecido por primera vez, especialmente tres grupos: los adolescentes y los mayores, posiblemente por los cambios que han experimentado en su estilo de vida y el aislamiento al que se han visto sometidos, y los profesionales sanitarios, debido a la sobrecarga asistencial y a las condiciones en las que han tenido que trabajar.

Desesperado

Esto ha supuesto también un incremento en el número de suicidios e intentos autolíticos desde 2020. Tradicionalmente, había un perfil de riesgo para cometer suicidio: aquellos más vulnerables, varones de mediana edad, personas que vivieran solas, que tuvieran trastornos psiquiátricos previos… pero ahora hay un grupo en el que ha aumentado mucho que es el de los adolescentes y adultos jóvenes. Afortunadamente, muchos no son suicidios consumados pero sí intentos.

Otro grupo en el que se ha visto un incremento de problemas de salud mental e intentos de suicidio es el de los propios profesionales sanitarios. Aunque es cierto que durante la pandemia se ha escuchado sobre esta casuística en Italia y algún caso esporádico en España, esto no es algo nuevo. Lamentablemente, las sanitarias son de las profesiones que tienen mayores tasas de suicidio. Hay factores individuales y laborales que son muy importantes de cara a prevenirlo. Es una realidad tremendamente oculta de la que nadie habla y que es hora de poner sobre la mesa. Por eso piden desarrollar una estrategia que permita prevenir el suicidio de los profesionales.