La claridad con que se explica, argumenta las respuestas y rectifica, como él mismo admite, si procede, lo han convertido en una de las voces más acreditadas de la pandemia en Catalunya. El secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, marca perfil y se diferencia del papel de los gobernantes en la toma de decisiones. Por eso, admite dos argumentos. De entrada, en el aspecto comunicativo: "No se explican lo bastante bien las cosas, durante un par de meses lo hicimos bien, pero se tendría que separar la comunicación política de la técnica, últimamente lo mezclamos más". Aunque no especifica a qué dos meses se refiere.

Por otro lado, y en declaraciones a Aquí Cuní de Ser Catalunya, que las decisiones que siempre se anuncian son políticas y en ningún caso técnicas. Aunque después ha matizado la respuesta poniendo ejemplos sobre a qué tipo de decisiones quería referirse, como los horarios de apertura de la restauración o los establecimientos específicos que pueden abrir y cuáles no: "Las decisiones son políticas, siempre" y lo justifica porque es la administración, el político, quién las tiene que determinar.

Una idea que choca con las infinitas explicaciones que, a menudo desde el Govern, en rueda de prensa, se han dado sobre la importancia de quien acaba dictando las restricciones, en la mayoría de los casos, el Procicat. Al final, acaba resultando difícil de entender para la ciudadanía quién está por encima del otro, o quién viene antes. Por todo ello, Argimon recuerda que "los políticos se pueden poner nerviosos" a menudo pero él procura que no hacerlo.

"No tenemos más manos"

Las actuaciones de Salut, se centran en los próximos días, al cambiar el modelo de PCR y el calendario de vacunación. Vamos por partes. Finalmente, las farmacias sí incluirán el servicio de PCR, que estará informatizado con los CAP y ya se está haciendo una prueba piloto en la parte izquierda de Barcelona. Argimon señala que, en estos momentos, las limitaciones los llevan a hacer cambios: "No tenemos más manos, son tests de automuestra como se hacen con los profesores". Por lo tanto, los catalanes tendrán que aprender a utilizar el bastoncillo  y ser responsables en su ejecución.

El control seguirá el modelo de cribados que se hace con los pacientes de cáncer. Y poniendo cifras, se espera medio millón de PCR en el entorno escolar. Argimon se desmarca de la apertura de las escuelas, pero espera que el lunes vuelva la actividad presencial. Está convencido de que, mirando al modelo aplicado hasta ahora, puede funcionar, pero se tendrá que ver su evolución y "replegarlo" si conviene.

Con respecto al calendario de vacunación marcado, Argimon justifica los retrasos iniciales con problemas externos al sistema catalán, como el retraso de una remesa de Pfizer, que no ha favorecido la rapidez marcada pero también admite que las cosas se habrían podido hacer mejor: "Improvisación no hay. Lo que sí le admito es que la manera como hemos organizado los equipos no ha sido la mejor, hablo por ejemplo de las residencias, y lo estamos rectificando".

Panorama pesimista

La tendencia, si miramos las cifras en Madrid u otros países europeos, es que la tercera ola se acentuará en los próximos días. Argimon ya dibuja el panorama: "En tres semanas estaremos mucho peor". Como siempre, las medidas son revisables pero la pregunta entonces es, ¿de qué sirven estos diez días de restricciones más acentuadas? "Lo único que quiero ver en diez días es si podemos frenar la curva y mantener a muchos enfermos en laUCI".

Unas medidas que, por cierto, tienen bajo el punto de vista del secretario una mirada centralista: "Acepto la mirada de Barcelona a la hora de tomar decisiones". Y pone un ejemplo reciente: "Con las cabalgatas, nosotros pensamos en la de Barcelona. En un pueblo, eso es muy diferente, pero con los pueblos que no tienen servicios esenciales, entendemos que se tenga que salir del municipio, por eso hay excepciones".