Los adolescentes de todo el mundo se enfrentan a problemas crecientes como el sobrepeso y la salud mental, según alerta este martes una investigación publicada por la prestigiosa revista médica The Lancet. El estudio reclama medidas concretas y urgentes para frenar una tendencia preocupante que, en caso de no revertirse, podría afectar a más de mil millones de jóvenes de aquí a 2030. Sin acciones específicas, la mitad de los adolescentes del planeta (es decir, más de 1.000 millones de personas de entre 10 y 24 años) seguirán viviendo en países donde su salud y bienestar están amenazados por problemas tratables como la malnutrición, las enfermedades de transmisión sexual, la depresión o conductas sexuales de riesgo.

A pesar de algunos avances —como la reducción global del consumo de tabaco y alcohol, o el aumento de la participación educativa, especialmente entre las chicas—, The Lancet advierte de que los trastornos derivados de la obesidad y la salud mental van claramente en aumento en todas las regiones del mundo.

Los adolescentes actuales son la primera generación que crece en un contexto marcado por la emergencia climática y la omnipresencia de las tecnologías digitales, dos condiciones que, según el informe, contribuyen a nuevas amenazas para la salud que tienen un impacto desigual. Los jóvenes de países de renta baja y media, que representan más de una cuarta parte de la población mundial, soportan una carga desproporcionada de enfermedades y tienen menos acceso a los recursos necesarios para hacerles frente.

El problema de la obesidad

Sarah Baird, copresidenta de la comisión y profesora de la Universidad George Washington (EE.UU.), afirma que la situación es crítica: “Estamos en un punto de inflexión, después de tres décadas de progreso desigual”. En algunos países de África y Asia, la obesidad se ha multiplicado por ocho en los últimos 30 años, mientras que la salud mental de los jóvenes empeora por todo el mundo. Además, la crisis climática, los conflictos internacionales y la transición hacia una sociedad más digital podrían agravar todavía más estas dificultades.

The Lancet insiste en la necesidad de poner la salud adolescente en el centro de las políticas públicas, con iniciativas que vayan desde la educación hasta la promoción del bienestar en las escuelas. Una década después del primer informe sobre salud juvenil, publicado en el 2016, ha habido avances importantes, pero el impacto de la pandemia y la falta de financiación han frenado buena parte del progreso alcanzado.