Ser compañeros de partido no evita las discusiones. De esta realidad se ha enterado el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que actualmente se ve rodeado por un debate artístico: la Dama de Elche. Y es que la escultura, realizada en la época de los íberos cerca de la ciudad alicantina, hace un buen puñado de años que no vive en su tierra nativa, sino que exiliada a la fuerza en Madrid. Desde 1971, se encuentra al Museo Arqueológico Nacional, pero no por voluntad de las autoridades de Elche y de la Comunidad Valenciana, sino por la negativa del Estado de hacer efectivo el retorno.

El debate volvió a encenderse el miércoles, cuando el alcalde del municipio, el socialista Carlos González, pidió el traslado permanente de la pieza. Este jueves se celebra el 125 aniversario de su descubrimiento. González pidió "valentía" a Iceta, como responsable del Departamento, con el fin de "vencer las resistencias" y "superar los miedos" que permitirían la cesión definitiva de la escultura. Pero Miquel Iceta no hizo caso de la petición del alcalde, y ayer mismo se excusaba afirmando que los expertos "desaconsejan el traslado". Su réplica fue contundente. "Mientras que los informes técnicos desaconsejen el movimiento, yo como ministro no los autorizaré. La Dama de Elche es un monumento único, no me hable de réplicas. Como ministro, yo aconsejaría a cualquiera no poner por encima de los intereses políticos partidistas antes que la seguridad de esta pieza", dijo.

Ante la polémica por el no retorno de una valiosa pieza artística y de su mantenimiento en la capital del Estado, en lugar de devolverla en su lugar de origen, al presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, también ha querido decir la suya, no dejándose intimidar por el hecho de formar parte del mismo espacio político. En un tuit, ha descrito a la Dama de Elche como "un símbolo", afirmando que no cesará "en el esfuerzo de traerla a casa". "La Dama es un símbolo de un pueblo orgulloso de sus orígenes que no se resigna" en la lucha para recuperarla. "Es por justicia y por memoria", ha añadido.

La historia de una obra de arte

La Dama de Elche es una talla ibera realizada en piedra calcárea entre los siglos V y IV antes de Cristo. Fue encontrada el 4 de agosto de 1897 en el Alcúdia, un yacimiento arqueológico a tres kilómetros de la ciudad alicantina. El Museo del Louvre la compró aquel mismo año y la albergó hasta 1941, en plena Segunda Guerra Mundial. Entonces, con la dictadura franquista, acabó en manos del Museo del Prado (Madrid) hasta 1971. Desde entonces, permanece en el Museo Arqueológico Nacional: obviamente, también en la capital del estado español. La Dama de Elche ha estado solo dos veces en Elche: el año 1965, por el séptimo centenario del Misterio de Elche; y en 2006. Aquel año, sin ninguna campaña de promoción, la efigie recibió a más de 380.000 visitantes, el 80% de los cuales era de fuera del País Valencià.