Xavier Antich (La Seu d'Urgell, 1962) vivió el pasado 11 de septiembre su segunda Diada como presidente de Òmnium Cultural, tras tomar el relevo a Jordi Cuixart al frente de la entidad. En esta ocasión, el independentismo es noticia por el papel que tiene que jugar en una hipotética investidura de Pedro Sánchez. Y aunque rechaza dar directrices a las formaciones, en esta entrevista con ElNacional.cat les exige coordinación en las negociaciones y también fija como una condición imprescindible la amnistía, una medida que Òmnium defiende desde el 2019 para avanzar en la resolución del conflicto político.

¿Los 800.000 manifestantes que, según los organizadores, fueron a la mani de la Diada son la prueba que el movimiento independentista está dispuesto a volver a salir a la calle?
Más allá del baile de cifras, que es casi un clásico, lo que es muy relevante es que vuelve la movilización en las calles. Esto supone hacer presión en el actual momento político, demostrando el gran consenso de este país para avanzar en términos nacional hacia la independencia a la República Catalana. Y esto se volvió a demostrar en una de las grandes manifestaciones en Europa de este 2023.

En esta manifestación se vieron algunas familias con niños, pero mayoritariamente eran personas mayores, veteranos del independentismo. ¿Cree que los más jóvenes se han alejado del movimiento independentista y las movilizaciones?
Los jóvenes son absolutamente necesarios para avanzar hacia la independencia, pero no compartimos el diagnóstico. En Òmnium, la Diada acabó con un gran concierto donde se reunieron miles de jóvenes celebrando la música en catalán, la Diada y por lo tanto, la aspiración nacional. Por ejemplo, durante el concierto salieron en el escenario representantes de las 17 organizaciones juveniles con más base social del país, recordando el aniversario de la muerte de Guillem Agulló, llamando a la participación de la gente joven. Desde nuestra perspectiva, la juventudo está porque ha estado siempre. No se explicaría nada del 2017 sin la participación de la juventud organizada.

Tenemos que trabajar para que los partidos negocien tan coordinados como sea posible

Poco antes de la Diada, se presentó el nuevo Pacto Nacional del Movimiento Independentista junto con otras entidades. ¿Piden la misma unidad a los partidos?
Desde Òmnium siempre estaramos a favor de este tipo de pactos porque es en ellos donde se permite averiguar la diversidad de tácticas o de matices de cada organización y trabajar por las cosas que tenemos en comino. Y unidad es lo que reclamamos desde hace años los partidos políticos, especialmente desde en octubre del 2017 y esta Diada dejamos claro que, ante la oportunidad que se ha abierto con la aritmética parlamentaria, no solo es deseable, sino que tenemos que trabajar para que los participantes en la negociación vayan tan coordinados como sea posible. Por otra parte, es una evidencia que no hay grandes discrepancias estratégicas, por no decir ninguna, en los temas que están sobre la mesa.

Hablaba de los matices entre las diferentes organizaciones. ¿Comparte la visión de la ANC a la hora de pedir que se convoquen elecciones si no se avanza hacia la independencia?
Desde el respeto más escrupuloso por lo que piden otras organizaciones, ellos verbalizaron una posición que es conocido que no es la nuestra. Desde Òmnium siempre hemos tenido claro que somos una organización de la sociedad civil que tiene la función de presionar los partidos para que encuentren la manera de canalizar las aspiraciones de la ciudadanía. Pero ni somos un partido político ni, como ya dijimos en su momento, ni tenemos ninguna aspiración de llegar nos a convertirnos en uno.

¿Eso choca con la apuesta que hizo Feliu por la cuarta lista independentista?
De nuevo, desde el respeto hacia sus iniciativas, somos una organización de la sociedad civil, la que más base social tiene a Catalunya y con más socios en Europa y nuestro trabajo está orientada a fortalecer a la sociedad civil, cohesionarla y reconocer su pluralidad y transversalidad.

Entrevista Xavier Antich, presidente òmnium cultural02
Xavier Antich, presidente de Òmnium Cultural / Foto: Carlos Baglietto

Ha utilizado la palabra transversalidad, que también lo ha utilizado la expresidenta del Parlamento, Carme Forcadell, cuando explicó que se siente más próxima a Òmnium perque representa mejor la transversalidad que la ANC. ¿Es uno de sus objetivos?
Sin ningún tipo de duda. Este año nos ha abandonado Jordi Porta, que fue presidente de Òmnium, y  reclamaba que la entidad tenía que parecerse tanto como fuera posible a la sociedad que pretendía representar. Después, Muriel Casals, Jordi Cuixart y ahora nosotros, tenemos la responsabilidad de seguir haciéndolo. El objetivo de Òmnium es representar este pluralismo y transversalidad de movimiento independentista y también del soberanismo. Nuestra fortaleza deriva de la transversalidad, el país es así. Como decía Porta, "que otros se dediquen a quejarse de todas las cosas que van mal, a Òmnium nos corresponde trabajar constructivamente para enmendarlas".

No habrá final de la represión si no se aborda a través de la amnistía

En esta Diada, una de las palabras más repetidas ha sido "amnistía". ¿La veis cerca?
Vemos la amnistía con muchas expectativas y mucha esperanza. Hay que recordar que Òmnium fue la primera organización de este país que puso la amnistía sobre la mesa en 2019 y desde entonces no hemos dejado de reclamarla. Cuando vamos empezamos a trabajar en ella, había mucha gente que no solo la consideraba una utopía irrealizable, sino una cosa sobre la que era imposible hablar. Ahora vemos, fruto de la aritmética parlamentaria, que la gente que decía que era imposible son los primeros que la están poniendo sobre la mesa. Y no habrá final de la represión si no se aborda a través de la amnistía, que es un instrumento político y colectivo que, homologable internacionalmente para abordar conflictos políticos.

¿Si no hay una ley de amnistía antes de la investidura, no se tiene que investir Pedro Sánchez aunque este firme un compromiso?
Desde Òmnium no entraremos nunca en la lógica de las negociaciones, sino más bien en la lógica del principio conceptual. Para nosotros, la amnistía no es una opción, es una necesidad. Cuando se habla una amnistía o "alguna medida que permita ahorrar los efectos de la represión", hay que tener claro que no hay ningún instrumento político para parar la represión que no sea la amnistía. Cuando, de qué manera, con qué tempos, con cuáles lógicas... les corresponde a los partidos políticos. Contamos con ellos.

La amnistía lleva implícitamente reconocido el derecho a la autodeterminación

Siempre se habla de la amnistía como una primer paso para el objetivo final, que es la autodeterminación. ¿Si no hay un compromiso para avanzar en la autodeterminación, se tiene que aceptar un nuevo Gobierno de Pedro Sánchez?
Sin querer incidir en las negociaciones, para  nosotros la amnistía y la autodeterminación son indiscernibles. Existe un acuerdo social que ha reunido como nunca un consenso a nivel empresarial, sindical, organizativo, municipal. Además, no son dos capítulos diferentes a la hora de abordar democráticamente el conflicto político, sino que la amnistía lleva implícitamente reconocido el derecho a la autodeterminación, porque representa que aquellos hechos que han sido perseguidos como delictivos no son delito. Por ello tiene impacto sobre la gente represaliada, pero indirectamente es un reconocimiento de cara el futuro que estos hechos no son delito. 

Según Usted mismo explicó el 11-S, esta ley de amnistía tendría que afectar, como mínimo, a 1.400 represaliados. Desde Òmnium sin embargo, también habíais informado de que hay más de 4.400 represaliados. ¿A que se debe esta diferencia tan grande en las cifras?
Òmnium hace desde el 2019 un recuento de los represaliados, contabilizando a las personas que sufren o que son víctimas de la represión política a partir del 1-O por defender la independencia y el derecho de autodeterminación. Ahora la cifra es de 4.400, que es el total de los represaliados, incluyendo personas víctimas de violencia policial, de espionaje político, de procesos penales y procesos administrativos y contables. Es evidente que una persona que ha sido víctima de violencia policial no es amnistiable, porque qué no ha sido condenado, no hay sentencia, sino violencia física. Lo mismo ocurre con una víctima de espionaje político. Òmnium no dice quien tiene que entrar o no en la amnistía, sino que, a partir de esta base de datos, indentifica cuáles son los represaliados a los cuales tendría que afectar una ley de amnistía. Y son aquellas personas condenadas penalmente; las que están en juicio abierto, pero no hay sentencia; las que están siendo investigadas pero que todavía no se ha abierto el juicio y todas aquellas que tienen sanciones administrativas o contables. Así, del conjunto de represaliados, hay 1.432 casos que tendrían que ser susceptibles de acoger se a una ley de amnistía.

Uno de los casos que ha generado debate es de Laura Borràs. Su partido defensa que se tiene que incluir en la ley de amnistía, mientras que el resto lo rechazan. ¿Laura Borràs no entra así dentro de los 1.432 amnistiables pero si entre los que han sido víctimas de la represión?
Sin ningún tipo de duda. Sorprende que este tema esté generando un cierto debate, porque cuando Òmnium hizo pública la lista anti-represiva que contabiliza son las personas perseguidas o represaliadas para defender la independencia y la autodeterminación, Laura Borràs aparecía como represaliada por el ciberespionaje con Pegasus.

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Xavier Antich durante la entrevista / Foto: Carlos Baglietto

Desde Òmnium también se ha afirmado que no se puede amnistiar los casos donde haya violencia, pero al mismo tiempo, la mayoría de manifestantes independentistas son acusados de atentados contra las autoridades. ¿Estas personas son amnistiables?
Por supuesto, cualquier persona que está perseguida para ejercer derechos fundamentales tendría que ser objeto de una amnistía. Creemos que hay dos grandes grupos de personas represaliadas que serían susceptibles de acoger se a una ley de amnistía. Por un lado, todas las personas vinculadas a la organización y realización del 1-O, y por otro los represaliados por ejercer el derecho a la protesta, muchas de las cuales están acusadas de obstrucción de la vía pública, delitos contra la autoridad...

La vía para d laefender a las víctimas de la violencia policial es diferente de la amnistía

¿Y el resto de represaliados?
Eso no quiere decir que sean diferentes. Hay personas que son víctimas de la violencia policial y que no se pueden acoger a una amnístia y desde Òmnium nos hemos personado buscando una condena de los agentes, pero el instrumento de defender estos represaliados es diderenet a la vía de la amnistía. Estamos impulsando causas con otras organizaciones y tenemos la voluntad de llevar  muchos de estos casos a las esferas internacionales.

Uno de los otros pilares de Òmnium es la defensa de la lengua catalana. ¿Desde el próximo martes ya se podrá hablar catalán y el resto de lenguas cooficiales al Congreso? ¿Lo ven como una anécdota o realmente es un hito importante para la lengua catalana?
No es una anécdota en absoluto. Òmnium nace fundamentalmente para defender la lengua catalana durante una la dictadura franquista. Han cambiado los contextos políticos, pero seguimos teniendo como primera preocupación la preservación del catalán y eso quiere decir favorecer el uso social y garantizar que pueda ser hablada con igualdad de condiciones en todas partes. Para nosotros constituye una anomalía catedralicia que un parlamentario catalán empezara a hacer su intervención en catalán y que la presidencia del Congreso le prohibiera hablarlo. Hay un ámbito institucional del Estado español en el cual estaba prohibido utilizar el catalán, hecho que para nosotros eso es una anomalía democrática y cualquier cosa que la enmiende resuelve una anomalía histórica.

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El presidente de Òmnium Cultural, Xavier Antich / Foto: Carlos Baglietto

El martes se decidirá la oficialidad del catalán en Europa. ¿Sois optimistas?
Sí, sino el que tendríamos que hacer es irnos a casa. Tenemos que ser optimistas porque tenemos que confiar en que las cosas se resuelvan como se tienen que resolver. Que la lengua catalana hablada por 10 millones de ciudadanos europeos no tenga carácter de lengua oficial en Europa es una anomalía que ya hace mucho tiempo que se tendría que haber enmendado.