"TV3 es la responsable que se tiren piedras a miembros de Vox y que tengan que llevar escolta". No se le ha escapado. Ignacio Garriga ha repetido esta frase hasta dos veces este viernes en el Parlament, desde donde ha anunciado una "gran ofensiva fiscalizadora" contra la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales y la inmersión lingüística en las escuelas. Haciendo uso de su habitual lenguaje bélico, el líder de la ultra derecha en Catalunya ha avisado de que "se ha acabado la paz para los totalitarios".

El relato de Vox es que si la gente les increpa en la calle cuando se pasean por el territorio no es por su propio discurso, sino que la culpa es de TV3 y Catalunya Radio, que les "demonizan". Garriga señala a sus profesionales y tertulianos porque, dice, "difaman y mienten" sobre ellos, animando a las masas a agredirles a través de "generar odio y confrontación".

Es por ello que ha amenazado con "llevarles a los tribunales" cada vez que puedan. Al mismo tiempo, ha calificado intolerable que se dé cabida a la CUP a los medios públicos catalanes, un partido que creen que "tendría que estar ilegalizado". De paso, ha recibido también Grande Marlaska, quien han calificado de "ministro criminal" por lo sucedido en Vallecas. 

Los ultraderechistas, que son la cuarta fuerza en el Parlament con 11 diputados, han entrado al registro de la cámara una batería de 200 preguntas para conocer cuántas personas están contratadas en la CCMA, cuáles y cuánto cuestan al conjunto de los catalanes. Aseguran que su objetivo es "destapar el entramado mafioso que ha construido el separatismo durante décadas en Catalunya con impunidad total". Y recuerdan que en su programa electoral prometían cerrar TV3.

Vuelve el concepto de adoctrinamiento

En paralelo, Vox ha iniciado su propia cruzada contra la presencia del catalán en la escuela a través de una propuesta de resolución para "garantizar el uso del castellano a todos los centros educativos". Según denuncian, en Catalunya "se está imponiendo el catalán y se adoctrina a nuestros hijos".

En la imagen principal, los diputados de Vox en las puertas del Parlament. / S. Alcàzar