Vuelva el jueves. Este ha sido el consejo del líder parlamentario de la CUP, Antonio Baños, al candidato Artur Mas poco antes de que la primera votación del debate de investidura confirmara lo que ya se sabía: que no conseguiría los votos suficientes para ser nombrado president de la Generalitat en primera vuelta. El candidato de Junts pel Sí sólo ha cosechado el apoyo de los 62 diputados de su grupo. Otros 73 diputados, los de todos los grupos restantes, han votado en contra.

Pero el jueves tampoco hay nada cerrado. No obstante, el último tramo del pleno ha provocado un cierto desconcierto a raíz de un episodio entre sorprendente y surrealista. Recogiendo el contenido de una pancarta del movimiento del 15M, Baños, refiriéndose a la segunda votación de investidura que se tiene que convocar 48 horas después de que la primera no prospere, ha aconsejado a Mas: “Usted, presidente, vuelva el jueves”. Este comentario, junto con un enigmático aviso en el sentido que no le darían “el voto incondicional”, ha otorgado al candidato de JxSí un gancho que no ha desperdiciado.

La CUP decidirá

“Si me invita a volver, con mucho gusto me someteré a este segundo debate. Y ustedes decidirán”, ha replicado. Ante la sorpresa de los unos y la indiferencia de la mayoría, el presidente en funciones y el cupero se han acabado citando entre bromas a una asamblea en que los 72 diputados voten en secreto si aceptan o no la investidura. Una broma que algunos no se han tomado como tal, y que ha generado cierto malestar en las filas cuperas.

De hecho, las dificultades de Junts pel Sí  para cerrar la investidura con la CUP han sido el tema de la larga jornada del pleno en el Parlament. El tema que preocupa al hemiciclo y el que ha salido una vez y otra en todas las intervenciones de la oposición, que reprochaba a Mas su debilidad política.

Romeva no es candidato

Y no obstante, todo el mundo era consciente de que buena parte del debate se producía fuera del hemiciclo, donde los acontecimientos se sucedían en cascada. Los cuperos Benet Salellas y Albert Botran asegurando de buena mañana en Catalunya Ràdio y en TV3 que propondrán como candidato a Raül Romeva. El cabeza de lista de Junts pel Sí replicando a través de un tuit que no hay cambios: “No soy candidato. Mi opinión es trabajar a favor de un acuerdo”. Los diputados de Junts pel Sí preguntándose en los pasillos de la Cámara cómo puede ser que mientras que la CUP sólo tendría que ceder dos votos, les pidan a ellos que cedan 62. La Fiscalía de la Audiencia ordenando a los Mossos que actúen si se producen actos de sedición. El Consejo de Estado avalando el recurso contra la declaración salida el día anterior del Parlament. La conciencia de que el Consejo de Ministros llevará hoy la resolución independentista al Tribunal Constitucional... Y un rumor incesante de que el jueves pasará alguna cosa. Más por voluntad que pase que porque haya datos objetivos que avalen este convencimiento. La curiosa broma entre Mas i Baños ha llovido sobre mojado.

Toda la atención estaba depositada en la intervención del líder parlamentario de la CUP. Traje oscuro, camisa negra, corbata oscura. Baños no luce camisetas reivindicativas pero se preocupa de trenzar su discurso con sentencias demoledoras. Ni un rumor en el hemiciclo mientras hablaba e iba citando Pasolini, Luis Felipe, Bakunin, San Agustín, Stevenson, Espriu, los Evangelios... Todo para anunciar a Mas que no saldría presidente del hemiciclo aunque hubiera una mayoría de diputados independentistas.

A velas, a motor y a remo

“Somos 72 y este es el auténtico tesoro del barco”, ha asegurado. De hecho, el discurso de Baños no ha escondido, a pesar de las múltiples críticas, un reconocimiento a la apuesta del president en funciones por un proceso que lo ha hecho navegar a la deriva dejándose llevar por la corriente soberanista, a velas, a motor y a remo. Pero todo ha quedado aquí, porque, según la CUP, Mas no ha aprovechado el debate para ofrecer un discurso que les facilitara ir más allá.

Al final ha sido un debate sin sorpresas, a pesar de las novedades. El estreno de Inés Arrimadas –efectiva, hábil y decidida–, de Miquel Iceta –desbordante de ironía y encantado en su papel–, de Lluís Rabell –encogido y superado por los acontecimientos–, de Xavier García Albiol –más flojo que el día anterior, aunque la contundencia de la réplica que ha recibido del president ha provocado la gesticulación airada y ostensible de la diputada Andrea Levy–, Baños y, el último, el presidente de JxSí, Jordi Turull.

No a cualquier precio

Una y otra vez los mismos argumentos, hasta que Mas ha querido dejar claro que no persigue la investidura a cualquier precio, tal como ha replicado a Iceta. “No es verdad. No estoy dispuesto a hacer lo que sea. Hay líneas que yo, si soy presidente no las traspasaré. Ahora bien, llegaré tan lejos como haga falta para establecer el mandato de las urnas. No me temblarán las piernas ni me fallará el pulso, por la parte que me toque”, ha replicado Mas.

Al acabar el pleno, medio aturdidos por ocho horas de debate y la curiosa escena con Baños, en el despacho del president se han concentrado Mas, Raül Romeva, Oriol Junqueras y Josep Rull para hacer balance de los daños y la situación.