El excomisario José Manuel Villarejo ha echado abajo la tercera comisión de investigación en el Congreso de los Diputados relacionada con la Operación Catalunya. En la comparecencia de este miércoles, Villarejo ha vuelto a situar a la cúpula del gobierno de Mariano Rajoy como instigadora de las acciones contra el independentismo catalán. "Es una operación que se estructuraba desde las propias entrañas de la presidencia del Gobierno [Rajoy], la sacó adelante la vicepresidenta [Soraya Sáenz de Santamaría], que era quien controlaba el CNI," ha explicado el excomisario, que ha confirmado que el objetivo era "evitar que una parte bien organizada y bien estructurada de España, que es Catalunya, mantuviera la opción de independizarse". Según su versión, el policía también "colaboraba" con la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal

"Una operación de calado"

Rajoy como organizador y el Ministerio del Interior de Jorge Fernández Díaz y el CNI como ejecutores de las directrices para perjudicar el independentismo. De hecho, Villarejo, que no ha presentado ninguna prueba documental para refutar sus contundentes afirmaciones, considera que los diputados no están apuntando bien el objetivo de la comisión. "Era una operación de calado que va mucho más allá de la policía. Nosotros, junto con la Guardia Civil y el CNI, la estructuramos toda, donde cada uno tenía su cometido," ha subrayado a preguntas del diputado del PSOE Felipe Sicilia, que ha hecho dudar de la memoria del comisario cuando ha querido saber si, en una de las reuniones con Cospedal, Mariano Rajoy lo felicitó por el trabajo hecho contra el independentismo: "Yo creo que sí que hablé con él, pero todo era tan rápido y tan urgente...".

A preguntas del diputado del PP Luis Santamaría, que ha presentado la comisión como un "tribunal de excepción contra mi partido", Villarejo también ha asegurado que trasladó sus servicios de espionaje a la etapa de los gobiernos anteriores del PSOE. En este punto, ha reconocido que los ejecutivos socialistas “querían tener cierto control sobre Jordi Pujol, aunque nunca se lo molestó en exceso”. “Controlamos cabinas telefónicas de algunos pueblos donde Pujol recibía trucadas de su abogado y de gente de su confianza”, ha admitido Villarejo para después asegurar que “se enviaba la información al Ministerio del Interior”, entonces comandado por Alfredo Pérez Rubalcaba. El caso es que, ha explicado, “Pujol era nacionalista, no independentista”. Así las cosas, la inteligencia tenía en el punto de mira al clan Pujol, "que era el líder espiritual", aunque ha definido a Artur Mas como "un delegado de Jordi Pujol".

 

Del 3% al 7%

En el interrogatorio del republicano Gabriel Rufián, el excomisario ha revelado que los empresarios catalanes se quejaron porque, a raíz de la mayoría absoluta del PP el 2011, Convergència Democrática de Catalunya (CDC) empezó a pedir al empresariado el 7% en comisiones “para preparar la independencia”. “Recibimos una serie de informaciones en las cuales los empresarios se quejaban porque el habitual 3% había pasado a ser el 7% a cambio de conseguir las estructuras de un país independiente. Decían que era excesivo porque la independencia era una entelequia”, ha afirmado Villarejo.

En este sentido, en su cruzada contra el CNI, ha recordado que Soraya Sáenz de Santamaría se acercó a dirigentes catalanes como Josep Antoni Duran i Lleida para "endulzar" la relación con sus socios de la Generalitat, CDC, y frenar su tendencia independentista.

Las “cosas chungas” de la Operación Catalunya

Después de reconocer que se habían hecho “cosas chungas” que se hicieron en el marco de la Operación Catalunya, Villarejo ha vuelto a hablar del “sustito” con los atentados de Barcelona y Cambrils del 2017 y ha reafirmado que la insistencia en perseguir a los independentistas desvió las alarmas que recibía la inteligencia española. Ha afirmado que “era más importante presionar Catalunya para que dejara de hacer tal [la independencia], y no se alertó del riesgo de seguridad”. En este sentido, ha insistido en que él recibió una nota en la cual se avisaba de la presencia del imam de Bélgica, que dirigió la acción terrorista, y “esta información la tiraron a la basura”, ha explicado, “se podría haber dedicado más tiempo y más esfuerzo para evitarla”.

Y esto, ¿quién lo paga?

La financiación de la Operación Cataluña ha salido también en la conversación. Villarejo ha reconocido que las actuaciones al margen de la ley se pagaron a través de “fondos superreservados” del Estado, a diferencia de los fondos reservados del CNI, que tienen control parlamentario a través de la comisión de Secretos Oficiales. Según ha detallado, se utilizaban para “captar voluntades, organizar tertulianos para que cambiaran en caso de que Convergència i Unió (CiU) ganara por mayoría absoluta [el 2012], y establecer asociaciones y organizaciones aparentemente contrarias en la independencia”. Al margen de esto, ha asegurado, con este concepto que ha subrayado, se habrían pagado acciones contra la examante de Juan Carlos I, Corinna Larsen.

Arranque tímido de la comisión

Antes de la intervención de Villarejo, los grupos parlamentarios han acordado que llevarán una lista de hasta ocho comparecientes a la reunión de la comisión prevista para la semana que viene. Es otro intento de la comisión de investigación, que ha arrancado con poca pompa. Hasta ahora los grupos parlamentarios no han sido capaces de pactar hasta ahora una lista de comparecientes. De hecho, la trifulca entre el PSOE y Podemos hicieron imposible que se consensuara una lista definitiva, y el único pacto que alcanzaron fue por la propuesta del PNB, que solo tenía dos nombres: José Manuel Villarejo y el exaccionista del BPA Higini Cierco. En este punto, el banquero ha aplazado su comparecencia por motivos de trabajo y la dejan para cuando pasen las elecciones del 28 de mayo.