El expresidente del Barça, Sandro Rosell, y el excomisario José Manuel Villarejo se han encontrado cara a cara en una conversación este martes en RAC1. Villarejo ha confesado que tanto el CNI como el Ministerio del Interior fueron los encargados de considerar a Rosell como un "objetivo prioritario" que había que perseguir. Los poderes del Estado consideraban que Rosell —en aquel momento presidente del FC Barcelona— tenía mucho poder en los medios y, por lo tanto, era un "motor del independentismo" que podía amenazar la unidad de España. Sin embargo, Villarejo ha explicado que lo descartó rápidamente, "yo hice mis verificaciones, vi que no era así y, en algunos de mis informes, el último del 2014, lo descarté totalmente", y añade que dejó claro que "este señor no tenía nada que ver con el independentismo".

Preguntado sobre si la jueza Carmen Lamela era conocedora de la inocencia de Rosell, ha asegurado que lo desconoce, pero ha puntualizado "tenía unos vínculos muy estrechos con el CNI. Prueba de eso es que la utilizaron también para detenerme a mí". Y ha apuntado que a consecuencia de estas actuaciones la premiaron con un ascenso en el Tribunal Supremo. Con todo, ha insinuado que la orden que recibió Lamela solo la podría emitir quien en aquel momento era presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, o el director del CNI. "Rajoy estaba informado de todo", ha asegurado.

Rosell, "persona problemática"

Villarejo ha explicado que en el momento en que Mariano Rajoy ganó las elecciones por mayoría absoluta el año 2011, se producen las primeras reuniones de gabinete de crisis donde participa el CNI y altos cargos del Ministerio del Interior —con Jorge Fernández Díaz al frente— y se establecen una serie de objetivos, entre los cuales estaba Rosell.

En el cara a cara, Sandro Rosell ha asumido el papel de entrevistador, y ha realizado una serie de preguntas a Villarejo. Rosell ha pedido explicaciones sobre todas las actuaciones que se produjeron en el marco de la operación Catalunya, que lo han perjudicado a él mismo, pero también a otras figuras públicas catalanas, como a Artur Mas, Josep Lluís Trapero o Xavier Trias. Villarejo ha defendido que "la unidad de España está por encima de todo", y, por lo tanto, se tiene que hacer lo que haga falta para defenderla. "Si no hay unidad, no hay democracia", ha asegurado el excomisario. A pesar de eso, Villarejo ha afirmado que el Estado español lo utilizó como "chivo expiatorio de todos los males de este país, pero iba en el sueldo. Sabía que todo lo que hacía lo acabarían utilizando para protegerse ellos".

Preguntado sobre si existe una conjura entre varios ministerios para perseguir a una persona, Villarejo ha confesado "lamentablemente, sí". Y ha detallado que incluso Hacienda participó en la operación Catalunya, "pueden iniciar una investigación si hay blanqueo y, desde aquel momento, ya quedas destruido". El excomisario ha señalado cómo se financió la actuación para investigar a Rosell y le sacó trapos sucios para encerrarlo. Según Villarejo, el CNI fue a quien pagó con fondos reservados e, incluso, con fondos ocultos "que nadie conoce" toda la operación contra él. Sobre este punto, Rosell ha confesado "he tenido 74 prescripciones de Hacienda desde que salí presidente del Barça".

Nueva querella contra la policía patriótica

Sandro Rosell —encarcelado durante 2 años— ha asegurado que irá hasta el final para conseguir que los responsables de la operación Catalunya paguen por lo que hicieron. El expresidente del Barça confía que con las nuevas informaciones que confirman que Rajoy puso en el punto de mira a la familia política de Pedro Sánchez, los jueces den un paso adelante. "Si las pruebas que han salido últimamente no sirven para demostrar que se tiene que hacer limpieza… Volveré a poner la demanda, con muchas más pruebas, y espero que haya algún juez que se lo mire bien, que lo acepte a trámite, y que haya un juicio y salgan los responsables". "Hay una parte corrupta del estado que hace mucho daño, y si no la limpiamos, en este país no se podrá vivir. Da vergüenza que nos tengamos que defender de acusaciones falsas que nos destrozan las familias y la vida, y que no pase nada", ha afirmado.

En la misma línea se ha manifestado el excomisario que ha asegurado que irá hasta el final para demostrar su inocencia. Dice que el CNI "quiso eliminarlo porque creía que había que corregir los errores de la corona", pero dice que "en los juicios se ha demostrado que todo lo que han dicho contra mí es un montaje". Y ha concluido, "no me callaré nunca, creo en el Estado de derecho, y tarde o temprano habrá justicia y se levantarán las alfombras".