El PP ha convertido la bandera española en un símbolo partidista tras incorporarlo a su logo. Su presidente no ha tenido problemas en acusar al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de “traidor” a España y ha convertido en promesa electoral la liquidación del autogobierno catalán, junto con un paquete de medidas destinado a afianzar la supremacía de la lengua castellana en aquellos territorios donde comparte oficialidad, pero todo ello no convierte a ese partido en nacionalista a los ojos de la candidata al congreso por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, que reserva esta denominación para otros partidos, entre los cuales ha incluido hoy a Vox.

"Vox es un partido nacionalista", ha sostenido en una entrevista en Ser Catalunya y ha criticado que el partido de Santiago Abascal no busque la unión de los que quieren ampliar los valores constitucionalistas como sí hace el PP, ha asegurado. "Frases de Vox como 'franchute vete fuera' son latigazos nacionalistas", ha insistido Álvarez de Toledo, que ha admitido que ni le impresiona ni le interesa que Vox apoye la despenalización del uso de armas como defensa personal por considerarlo un debate ficticio.

Según la candidata popular, son propuestas que lanzan "para provocar ruido con una retórica inflamada típica de algunos movimientos, y que buscan audiencia, clicks y acaparar espacio en campaña electoral".

A su juicio, la inflamación de los sentimientos y de la retórica de la épica no es buena y "hay que intentar volver a la razón, a las bases que hicieron posible la convivencia como pasó con el pacto de 1978".

Exculpa a Aznar

Tras negar que el expresidente del Gobierno José María Aznar fuera el gran promotor del nacionalismo español, ha acusado a PDeCAT y ERC de promover en todas las instituciones públicas un proyecto que pasa "por la segregación y la exclusión de la mitad de los catalanes, y esto tiene que acabar".

Así, ha reclamado neutralidad en los espacios públicos y cree que los que ponen lazos amarillos en instituciones públicas quieren lanzar el mensaje de que "España es una dictadura y que quien no lo comparte es un ciudadano de segunda".

"Alguien que pone un lazo amarillo en un edificio público no quiere pactar con la otra mitad de Catalunya. Lo que quiere es subyugarla. Es un símbolo de opresión", ha aseverado la candidata popular, que cree que esta parte de la población catalana no ha tenido el suficiente reconocimiento ni amparo, tampoco bajo el mandato del Gobierno de Mariano Rajoy.

Ha admitido que durante la celebración de la consulta del 9N se sintió desamparada por el Gobierno de Rajoy, que todo el partido sabe qué piensa de esa etapa, y que ahora quieren empezar una nueva en que se dé "amparo y protección a los catalanes constitucionalistas"