La magistrada instructora de la Audiencia Nacional dictó el pasado lunes el encarcelamiento preventivo de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. En su auto, Carmen Lamela les acusaba de haberse erigido en interlocutores de la manifestación del 20 de septiembre, y que "este control no lo utilizaron para desconvocar o diluir una concentración que habían convocado y que estaba coaccionando e impidiendo a los agentes investigadores cumplir las órdenes del juez". Ante esto, en el día de la gran manifestación por la libertad de los presos políticos, Òmnium Cultural ha publicado un vídeo que desmonta las acusaciones de sedición contra los líderes de las entidades soberanistas.

En un fragmento, el 20 de septiembre en las 14:15 desde la plaza de Sant Jaume de Barcelona, Jordi Sànchez dice: "Ha llegado el momento de la resistencia pacífica. Ha llegado el momento del compromiso con la presencia nuestra en la calle".

Por la noche, a las 20:10, se ve a Jordi Cuixart dirigiéndose con un micrófono a los manifestantes, pidiéndoles que aíslen toda conducta no pacífica: "Os pedimos una cosa: si detectáis a alguien que actúa de alguna manera violenta o actúa de alguna manera provocativa, intentando atacar a los cuerpos de seguridad o los Mossos d'Esquadra, no lo permitáis: aisladlo, detectadlo, y desenmascaradlo".

De la misma forma, a las 21:45 en la Rambla de Catalunya, el mismo Cuixart intenta facilitar el movimiento de los policías: "Les hemos garantizado que se podrían marchar. Por favor, tranquilamente salid de aquí y poneos aquí. Con toda la tranquilidad del mundo, dejad que nuestra policía haga su trabajo". Este fragmento va acompañado de imágenes de TV3 donde, efectivamente, puede verse el cordón para permitir el paso de los agentes.

Finalmente, casi a medianoche, el líder soberanista hizo un llamamiento público a volver a casa, megáfono en mano: "De una manera tranquila, hoy en pocos momentos disolvamos esta convocatoria". Las imágenes están todas registradas.

Òmnium Cultural concluye que "el encarcelamiento de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez es una aberración jurídica y demuestra que en el Estado español no hay separación de poderes". Les considera "presos políticos en el corazón de la vieja Europa en pleno siglo XXI".